Romero: «No existe ninguna garantía de que el gobierno va a tratar diferente a esta AN»
Al frente de la «lista nacional» de Avanzada Progresista, Luis Augusto Romero enarbola las banderas de la «dolarización del salario». En entrevista con TalCual ahonda en su propuesta legislativa para una nueva Asamblea Nacional (AN) y aborda los caminos políticos que su partido impulsa, para los cuales se topará con el chavismo actuando como chavismo y el gobierno interino de Juan Guaidó
Luis Romero es secretario general de Avanzada Progresista y encabeza la lista nacional de ese partido, cuyos ganadores surgirán del cálculo por cociente electoral nacional. Estar en el tope de los nombres garantiza que el suyo saldrá entre los triunfadores del evento del 6D. Convoca a marcar por la tarjeta del partido fundado por Henri Falcón, llamando a votar para lograr una mayoría en un nuevo parlamento con la que confrontar al oficialismo.
Habla de acumulación de fuerzas, de escenarios electorales regionales, locales y hasta presidenciales a futuro, de conseguir que el gobierno actúe distinto a como lo ha hecho durante todos estos años. Ahora sí, aspira, mientras sostiene que una mayoría opositora puede ayudar a torcer el brazo del poder.
La propuesta más comentada de su tolda es la «dolarización del salario», pero también habla de generar condiciones jurídicas para recuperar la inversión extranjera en Venezuela y pone la mirada en una reforma a la ley de hidrocarburos.
-¿Cuáles son las tres ideas fundamentales de Avanzada para esa Asamblea Nacional?
-Lo prioritario es atender el drama social. Puede sonar demagógico o etéreo, pero no lo es. Impulsaremos iniciar las discusiones que permitan aprobar un conjunto de reformas legislativas para que la moneda venezolana esté anclada a una divisa fuerte. Sabemos que la moneda de curso legal es el bolívar y que no es tan sencillo aprobar una ley con otra moneda, sino que es un proceso que debe ser muy serio. Hemos manejado la posibilidad de una circulación dual. Esperamos contar con la voluntad política de todos los factores en la AN, incluyendo el partido de gobierno.
-Henri Falcón, presidente de Avanzada Progresista, ha dicho que «no se le puede pedir mejores condiciones a un gobierno autocrático», hablando de lo electoral. La frase pudiera usarse para cualquier otro ámbito pues la AN ya ha estado en manos de la oposición y el gobierno se comportó como se comportó.
-A partir del triunfo de 2015 la oposición que obtuvo 2/3 partes de la Asamblea Nacional cometió una serie de errores que dinamitaron la posibilidad de ejercer una mayoría. Cuando el objetivo de esa Asamblea Nacional fue sustituido por «Maduro sale en seis meses» se instauró en la relación de esos dos poderes un juego suma cero. Esa Asamblea quedó entrapada en una polarización muy radical. Por supuesto que el gobierno da el primer paso cuando inhabilita a parlamentarios de Amazonas para impedir que la AN tuviera las dos terceras partes. No fue una responsabilidad exclusiva de las autoridades de la Asamblea Nacional. De un gobierno como este se puede esperar un comportamiento como ese, y cosas peores, porque no le gusta que lo escruten, que le pidan cuentas. Ahora, una dirigencia opositora que cae en ese peine también tiene su cuota de responsabilidad. Aquí lo que convenía era iniciar la construcción de un camino consensueado entre Ejecutivo y Legislativo para ponerse de acuerdo en una serie de temas para avanzar.
-En 2016 se desincorporaron los diputados de Amazonas y se acató al TSJ, y aún así nunca se levantó el desacato. ¿Qué les hace pensar que el PSUV tendrá esa voluntad política ahora sí y antes no?
-Precisamente por eso hacemos tanto énfasis en que la gente salga a votar. No existe ninguna garantía de que el gobierno a esta Asamblea Nacional la va a tratar diferente de la anterior. Por eso es muy importante que la mayoría opositora del país se exprese el 6 de diciembre. Porque en la medida en que el músculo opositor sea mayor, en esa medida tendremos una posición más cómoda para confrontarnos con el gobierno. Te lo digo desde mi experiencia de un año y medio sentado con el gobierno en la Mesa de Diálogo Nacional, donde usamos una metodología de acuerdos parciales porque sabemos que el gobierno puede ir variando posiciones de acuerdo a cómo se va moviendo la dinámica política.
-¿Cuál es el principal adversario de Avanzada Progresista?
-La desesperanza de la gente frente a una agenda que ha ratificado desde 2015 hasta hoy el mimo error. Esa estrategia fracasada ha llevado al descreimiento de la gente en el voto. Y lo estamos pagando todos los políticos porque de los derechos ciudadanos el más trascendente es la expresión política a través del voto.
-¿Qué tan prioritario es para Avanzada Progresista desplazar al G4 como referentes de la oposición?
-Para nosotros es muy importante que regrese la política sensata, que regrese la estrategia de acumulación de fuerzas. Viene en 2022 el referendo revocatorio y antes hay elecciones de gobernadores y alcaldes. ¿No será mejor llegar a un revocatorio con 14 gobernadores y no con cuatro? No nos interesa desplazar al G4, a cuyos factores que quieran rectificar les damos la bienvenida. La ruta es la acumulación de fuerzas y la herramienta es el voto, y lo que queremos desplazar es el extremismo. Nosotros no excluimos a nadie, pero sí hemos sido víctimas de exclusión.
¡Ya Basta! Desde la .@AsambleaVE impulsaremos leyes para mejorar la calidad de vida del Venezolano, una de nuestras propuesta es la Dolarización de los sueldos y pensiones, este #6D VOTA Abajo y a la Derecha por .@AProgresistaVE pic.twitter.com/VEHEeFqpsF
— AvanzadaPFalcon (@AvanzadaPFalcon) November 28, 2020
-Estados Unidos, Europa y otros actores internacionales han dicho que el 6D no es reconocido ni lo serán sus resultados. ¿Cómo abordar eso, además cuando se apunta a superar las sanciones?
-Eso va a ameritar mucha voluntad política por parte de todos los factores, pero fundamentalmente del gobierno. Las sanciones no se van a desmontar de gratis. La comunidad internacional quiere ver señales positivas. El gobierno tiene que hacer gestos, abordar el tema de los presos políticos, la violación de los derechos humanos, las garantías jurídicas a la inversión, la propiedad privada. Todo eso va a formar parte de un proceso de negociación. Tenemos que arrancarle al gobierno una serie de compromisos que nos permita decirle a esa comunidad internacional «vamos a sentarnos a negociar».
-¿Por qué el oficialismo daría esas señales, esas demostraciones, luego del 6D?
-Maduro sabe que su gobierno es inviable, que la gobernabilidad está cada vez más comprometida, por la precaria situación del país. El tránsito en la dirección a su permanencia en el poder está severamente comprometida. Y la posibilidad de que la situación económica mejore va a depender de acuerdos políticos internos con la oposición, y acuerdos con los factores de poder internacional.
–En su Twitter ha hablado de seguridad jurídica, de regreso de capitales, de invocar la inversión extranjera. ¿Todo eso es posible con Nicolás Maduro en el poder?
-Este es un gobierno lleno de atavismos, anclado en el pasado, que ve a capitales extranjeros como enemigos. No habrá reactivación económica sin la participación de capitales extranjeros y venezolanos que están afuera. Ahora, tienes que garantizar seguridad jurídica, leyes, que permitan invertir con tranquilidad. La ley antibloqueo tiene brochazos que permiten inferir que el gobierno se ha dado cuenta del fracaso, pero quieren hacer las cosas con sus amigotes y fuera del escrutinio, y a mayor discrecionalidad del funcionario público, mayor es la corrupción. Necesitamos un poder legislativo que pueda legislar y que pueda controlar. Nosotros vamos a trabajar en función de una reingeniería de la economía nacional para generar esas condiciones, con respeto a la propiedad privada y a los inversionistas. Para eso es necesario no solo seguridad jurídica, sino incentivos tributarios, fiscales, crediticios. Aquí hay que reformar leyes como la de hidrocarburos, que establece que el Estado siempre tiene el control de la explotación y administración en porcentaje mayoritario con respecto al sector privado. Si no modificas esa ley y mejoras las condiciones de competitividad, no vendrá inversión privada. Hay que despojarse de atavismos ideológicos y avanzar en construir condiciones para que regrese el capital internacional y ser competitivos.
-¿Todo eso es posible con Maduro en el poder?
-Bueno, ese es el reto de los diputados que vamos a estar allí. Aquí la voluntad política va a ser determinante.
-Una nueva Asamblea Nacional comenzará con esa ley antibloqueo ya aprobada por la constituyente y otras modificaciones anunciadas por Delcy Rodríguez para el tema cambiario.
-Nosotros no vamos a ser una Asamblea de eunucos, y esa ley antibloqueo confisca funciones propias del legislativo. Vamos a solicitar un revisión de esa ley apenas lleguemos a la Asamblea Nacional. Esa ley es inconstitucional y nos parece una fuga hacia adelante, ante la eventualidad de que puedan perder la elección.
-El gobierno podría decir, incluso vía TSJ, que la ley fue redactada por un poder supraconstitucional, y por tanto no puede ser trabajada por la Asamblea Nacional.
-Eso es un rango constitucional entrecomillado porque jamás hemos reconocido la constituyente como una entidad jurídicamente legal. Es una realidad política. Más allá de los vericuetos jurídicos, aquí lo que debería venir es un acuerdo político sustentado en un músculo que tiene que expresarse en diputados, en votos. Si salimos mal parados el 6 de diciembre, nuestra negociación será en condiciones menos ventajosas. Ahora, si se expresa una mayoría contundente y el poder legislativo queda bajo control de los sectores de oposición staremos en mejores condiciones de negociar.
-¿Ha habido conversaciones con esos otros grupos que compiten para unificar ese músculo?
-Uno de los grandes dramas de la oposición es que está balcanizada. Que no hayamos logrado un acuerdo unitario como en 2015 es un indicador de esa situación lamentable. Se conversó, se hicieron los esfuerzos, pero no se pudo. Allí se mezclaron elementos de la judicialización de unos partidos, y siempre hicimos énfasis en que eso perturbaba aún más pues el gobierno siempre busca dividir a la oposición.
-Sin embargo, Avanzada está en una Alianza Democrática con AD y Copei, que son dos partidos judicializados.
-AD tiene más de 20 años judicializado. Es de vieja data. En el caso de Copei también tiene más de 10 años. No es por diferenciar una de otras, pero en el caso de Primero Justicia y Voluntad Popular ya eso tiene matices bochornosos de intervención.
-Entre esos que se llaman opositores están personas acusadas de corrupción, de ser «diputados CLAP», de tener relaciones con Álex Saab y de viajes y gestiones nunca explicados. ¿Con ellos hay acercamientos?
-La política venezolana es como un bar del oeste de puertas batientes. La gente entra y sale y se encuentra. Si yo te dijera que no conversamos con todos los factores políticas, te estaría mintiendo. Yo apuesto porque a partir del 6D todos los factores que creemos en la ruta democrática nos podamos encontrar y reencontrar en la Asamblea. Yo no tengo ningún problema en conversar con Claudio Fermín, o con el MAS de Felipe Mujica, o con cualquier otro factor político que no tenga sobre sí el peso de un señalamiento judicial o de un delito.
-¿En qué cedió el gobierno en la Mesa de Diálogo Nacional?
-Esa mesa lo principal que logró fue desmontar la ruta de la confrontación. Allí prevaleció un sector del gobierno que apostó por la necesidad de nombrar un nuevo CNE, reconfigurar la ley electoral y convocar un proceso electoral establecido en la constitución. El mayor logro es consolidar la vía del voto.
-Lograr ese objetivo pasó por concesiones no constitucionales como la creación de una lista nacional o el aumento de la cantidad de diputados establecido en el artículo 186.
-Ese es un debate jurídico interesante. Aquí el problema es político. De nada vale una Asamblea Nacional que quede prisionera de dos polos de representación que abonen a la confrontación. Lo que quisimos hacer fue construir las condiciones para que se pudiera dar una Asamblea Nacional más plural. Un partido con 120 mil votos a nivel nacional puede obtener un diputado en la lista nacional, de acuerdo a nuestros cálculos de los índices de participación que deben estar entre 35 y 42 por ciento. Más allá del debate constitucional, yo lo que creo es que debemos trabajar en que el poder legislativo sea la expresión de la pluralidad del país.
-¿Asumió entonces la Mesa de Diálogo cierta labor constituyente?
-No. Si ves la sentencia del TSJ, está inspirada en el espíritu del legislador de la Constitución de 1999 cuando dice «los estados podrán tener una representación parlamentaria de tres o más» y deja abierta la puerta para una interpretación de lo que significa esa figura, y esa fue la interpretación…
-La Constitución no dice eso.
-Está la palabra «más» porque eso generó un debate.
-Lo que dice el artículo 187 es: «La Asamblea Nacional estará integrada por diputados y diputadas elegidos o elegidas en cada entidad federal por votación universal, directa, personalizada y secreta con representación proporcional, según una base poblacional del uno coma uno por ciento de la población total del país. Cada entidad federal elegirá, además, tres diputados o diputadas».
-Eso, el «además». Lo que pasa es que se aplicó el 1,1% para la lista y para el circuito.
-¿En qué cedió el gobierno en esa Mesa de Diálogo?
-Bueno, el gobierno no impuso por ahora su gobierno autoritario. El gobierno va tener que lidiar con una Asamblea Nacional que, de acuerdo a lo que ocurra el 6D, puede tener una mayoría opositora. Si el gobierno insiste en tratarla como a la anterior, va a tener que pagar esa factura política. ¿Cuál es la alternativa frente a eso? Este debate se da en el marco de una realidad política: el gobierno es el que está en Miraflores.
-¿Pidieron en la mesa de diálogo separar el voto nominal del voto lista para compensar y garantizar la proporcionalidad?
-Sí. No se logró porque el gobierno no transó. Frente a eso teníamos dos alternativas, o no participábamos o convocábamos a la gran mayoría a que se expresara.
El gran saboteador de PDVSA y del sistema eléctrico ha sido el gobierno
Tienen 20 años destruyendo el país, y se comportan como si hubiesen llegado ayer al poder! La próxima AN interpelará a todos los ministros, y de ser necesario serán censurados para que los destituyan. pic.twitter.com/MQ1A46XgN1— Luis Augusto Romero (@luisromeroc) November 15, 2020
-Avanzada Progresista no ha criticado el voto entubado que ha impuesto el CNE, o que el acceso a las máquinas lo tuvieron luego de presentar el equipo por televisión. ¿Evitan temas para no darle carne a la abstención, como asomó Bruno Gallo, de AP, en Unión Radio?
-No tenemos ningún tabú en tratar las tracalerías del gobierno en procesos electorales. Siempre con el chavismo vas a competir en condiciones de desventaja, pero estamos convencidos que frente al voto masivo no hay ventajismo ni trampa que valga. Hemos participado en todas las auditorías, revisado las máquinas, el software, las condiciones biosanitarias, hemos participado en el simulacro. Creemos que las condiciones son suficientes para que se pueda expresar esa mayoría y se respete la voluntad del elector. Ahora, ¿es más complicado votar nominal que antes? Eso es un debate, y habría que verlo. Creo que el sistema es suficientemente claro para que la gente pueda votar sin equivocarse, aunque no sea óptimo.
-¿Cómo va la organización de los testigos?
-Lo estamos trabajando en conjunto con la alianza y la participación voluntaria de muchos, aunque no tantos como en procesos anteriores. Lo principal es llevarlos al centro de votación y eso es difícil por los problemas de logística, de combustible. Es un trabajo muy complejo. No tenemos el músculo financiero del gobierno, en unas condiciones de desigualdad. Pero no hay otro camino que enfrentarse electoralmente al gobierno, como lo hicieron los chilenos.
-Hemos visto campaña en pandemia, con actividades multitudinarias. ¿Creen que han sido responsables en eso?
-Otros países han ido a procesos electorales en pandemia. Hemos prescindido de actos tradicionales, como grandes concentraciones en lugares cerrados, grandes movilizaciones, mítines, que ya no se pueden hacer por la pandemia y por los costos. Es una campaña muy sui generis, con un alto componente de redes, de contacto telefónico, de contacto puerta a puerta o por ventanas. Hemos hecho un esfuerzo por preservar la salud de la gente.
Contundente Demostración de Apoyo de los Larenses al proceso del 6 de Diciembre, y Vamos por la Gobernación de Lara y el Revocatorio . Vota el 6 de Diciembre. Avanzada progresista. pic.twitter.com/poKW5jD0t5
— Grace Lucena (@Grace_LucenaR) November 27, 2020
-¿Han registrado persecución, ataques, censura a sus candidatos, incidentes de ese tipo?
-En los manejos de espacios radioeléctricos la participación ha sido desvergonzadamente ventajista por parte del gobierno. Se acentúa en el interior del país. Hay estados donde es prácticamente imposible que un candidato nuestro salga por radio. Las emisoras se autocensuran o forman parte de un conglomerado pro gobierno. Ahora, también debo decir que hemos sido invitados a programas en el canal 8 y otros, pero no es una realidad fuera de Caracas. No hemos sido hostigados por el gobierno.
-¿Qué ha significado para Avanzada progresista que haya sido nombrado vicepresidente del CNE quien hasta apenas días antes fue directivo del partido?
-Perdimos un gran militante y dirigente, pero estamos haciendo una contribución importante al proceso electoral. Leonardo Morales es jubilado del CNE, profesor universitario del área electoral, y su contribución a la reestructuración del CNE y la conducción de este proceso va a ser importante.
-El 6 de enero de 2021 seguirá existiendo un Juan Guaidó, una AN que se dirá en continuidad y un gobierno interino que controla activos venezolanos tiene representaciones diplomáticas. ¿Qué harán frente a eso?
-La agenda Guaidó es una esperanza muerta, una calle sin salida.
-Pero una realidad política. ¿Qué hacer con ella, lo ignorarán?
-La Asamblea Nacional es un poder constitucional. ¿Qué va a pasar? No lo sé. Ellos pueden transitar el camino de la desintegración, terminar en el extranjero levantando banderas que no convocan a nadie. Lo lógico es que esa oposición rectifique y se sumen a la ruta de la acumulación de fuerzas.