No metan su cuchara ahí, por Simón Boccanegra
En las elecciones sindicales el gobierno como tal no tiene que meterse. No sólo por el abuso ventajista que ello significaría sino también porque el gobierno, como cabeza del Estado, es patrono de una buena parte de los trabajadores electores. Los patronos, salvo que propicien un sindicalismo patronal y sumiso, no tienen velas en ese entierro. El comentario de Chávez, tomando partido por Aristóbulo y agrediendo a sus rivales, así como el de Miquilena, quien con su proverbial caballerosidad y don de gentes calificó de «basura» a los dirigentes sindicales distintos a los de su bando, son las cosas que no deben continuar pasando. Miqui, incluso, se permitió mascullar algo sobre «listados», lo cual hace pensar que tal vez pudiera estar tramando alguna otra tracalería, para mejorar el chance de Istúriz. A lo mejor exagero, pero el picado de culebra de bejuco se asusta. Si lo piensan un poquito se darán cuenta de que muy flaco servicio le van a hacer a Aristóbulo marcándolo como candidato del patrono. En fin, por algo dicen que el que va a caer no ve el hueco.