No son tiempos de improvisaciones, por Griselda Reyes
No son tiempos de improvisaciones. Venezuela nos exige unificar esfuerzos. Seis años más de lo mismo, pinta desde ya como una pesadilla que ninguno merece vivir. Y, con el voto, podemos cambiar la actual realidad.
El pasado domingo, Día de las Madres, reflexionaba sobre lo que las mujeres venezolanas hemos enfrentado, producto del socialismo. Y una de las cosas más fuertes, sin duda alguna, es vivir la ausencia, vivir desde la ausencia, rumiar la ausencia. Ver a los hijos partir por la falta de oportunidades, verlos desde una pantalla fría, u oírlos desde una conexión telefónica.
Entre las lágrimas, el dolor y el recuerdo, muchas madres pasaron a ser abuelas, conociendo nietos a través de fotos o de una conexión telefónica. Sin la posibilidad del beso en la mejilla ni el pellizco en un bracito, suspiramos por esos hijos, por esos nietos, esperando en la desesperanza la fecha incierta del regreso, del poder abrazar a hijos y nietos, de las lágrimas de alegría por el reencuentro, aunque quizá en corto tiempo tenga que regresar a sus nuevas realidades. ¡No hay derecho para tal desventura!
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¿Lograremos recuperar a #Venezuela?
Yo apuesto a que SÍ, un rotundo SÍ.
Si, y solo si, nos articulamos todos. 🏳️
Tareas claves:
– Unificar esfuerzos.
– Reconectar con la gente.
– Blindar los votos.#GriseldaReyes 🇻🇪 pic.twitter.com/6BO1u8QFYd— Griselda Reyes (@griseldareyesq) May 14, 2024
Pensaba también en las muchas madres y abuelas solas que viven en situación de miseria, por depender de sueldos de hambres en este país dolarizado, o que están a la buena voluntad de vecinos que comparten sus penurias, en la alegría del pan con café como comida o encuentro del día.
Miles de nuestras viejitas, o adultas mayores, por el eufemismo que busca quitar emocionalidad a tenerlas como lo más cercano a la abuela que ya no está, no solo pasan hambre pues tampoco tienen para cubrir sus achaques a través de tratamientos médicos que, por la ausencia de dinero contante y sonante, les resulta altamente difícil de tener. Y ni pensar si se requiere de una operación por alguna caída o de lentes o arreglos en la dentadura. Las herederas de las reservas petroleras probadas más importantes del planeta en absoluta mendicidad.
Veía esta lamentable fotografía en mi cabeza y lo único que me venía a mi mente es que, si el 28 de julio la fuerza de los votos no cambia nada, esta tragedia se profundizará. Más hijos nuestros cruzaran las fronteras, y la situación económica se pondrá más lejos de enderezarse. Insisto, un mal sueño que ninguno quiere tener.
Ante esto, mis pensamientos daban vueltas sobre la enorme oportunidad que representa el 28 de julio, votando, sin atajo ni limitaciones, para ponerle freno a la debacle. No somos ingenuos. Hay cientos de miles de obstáculos, pero mucho más importante es la intención –al menos hasta hoy– para salir con el voto en favor de cambiar lo que hoy tenemos.
Nuestras mujeres merecen calidad de vida, merecen una economía estable, merecen vivir y progresar en paz. Nuestras abuelas merecen una vejez digna. Nuestras niñas merecen todas las oportunidades del mundo. Ninguna merece ser sometida a la ruina en la que hoy se encuentra el país.
La clase política debe ponerse la mano en el corazón, y contra todo pronóstico, mantenerse en la ruta electoral. Si cierran la puerta, pues nos coleamos por las ventanas.
Es una enorme responsabilidad la que pesa sobre los hombros. La ciudadanía debe obligatoriamente disponerse a participar. Es un día por Venezuela, a cambio de seis años más de esta tragedia. Un día de servicio social, comunitario o ciudadano. Es un día por Venezuela.
A diario, donde voy repito que hay que votar, incluso sin fijar posición alguna por alguna candidatura. Estoy convencida que, en los 70 días que quedan para la contienda, debe reducirse la oferta electoral para que se acreciente la posibilidad real de vencer al adversario.
A partir de allí, la reconstrucción necesaria. Un país sin improvisaciones, con certezas.
Griselda Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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