Nombres, lugares y experiencias en la sobremesa de Mikel Aitor
El venezolano residenciado en Los Ángeles, Mikel Aitor, estrenó su LP Sobremesa, con canciones dedicadas a cerrar vivencias y experiencias en ocho canciones
Mikel Aitor no compuso ni produjo las canciones que terminaron en Sobremesa pensando en empaquetarlas para un disco. Pero cuando la idea llegó, esas melodías tuvieron sentido entre sí. El músico descubrió cómo, juntas, se convertían en una especie de bitácora de su viaje migratorio y emocional. Y fue así cómo salió el nombre de su más reciente LP. “Las sobremesas se dan, por concepto básico, al final de una comida. A veces son una amalgama de temas, de discusiones que pareciera no tener mucho que ver, pero al final sí. Porque es el compartir y el intercambiar opiniones”.
Sobremesa es la segunda producción discográfica del cantante venezolano, la primera que lanza desde Estados Unidos, donde actualmente reside. El LP está compuesto por ocho canciones cargadas de momentos, sensaciones y experiencias, escritas entre 2017 y 2019, en las que profundiza en su sonido indie rock y tropical. Para el autor, cada canción representa un cierre de una situación personal que vivió.
Él mismo se encargó de la grabación, producción y mezcla de las canciones. “En su gran mayoría este disco fue hecho en mi home studio, en Orlando. Grabamos algunas cosas en la universidad donde yo estudiaba, la batería y algunos arreglos específicos de cuerdas o metales”, dice desde Los Ángeles.
Con Sobremesa quiso darle un cambio a su carrera musical, de no querer sonar como lo hacía antes en su primera producción, Casa austera. Hacer un borrón y cuenta nueva. En esta etapa incluyó sintetizadores y mutó el sonido de las guitarras, algo que definió por completo la textura de las canciones. “Pasé de una guitarra de cuerdas de metal a una guitarra de cuerdas de nylon, que es un sonido más latino. Son estilos de (Jorge) Drexler, Silvio Rodríguez, Jarabe de Palo. Para que suenen fácil y suenen bien, sin perder la habilidad de volverte loco al momento de la armonización. A la hora de los acordes que escoges, de los sonidos que buscas. Siempre metiendo algo raro y diferente, pero que no sea tan incómodo para la gente y el nylon ayudó muchísimo”.
La sobremesa de Mikel Aitor empezó con “Zelda”, la pieza que abre el álbum y que surgió por accidente de un proyecto universitario y le gustó tanto que quedó en la selección final del LP. “Fue una composición que me tomó menos tiempo del que posiblemente me hayan tomado otras. Tiene un sonido más indie tropical, es simple y feliz. Me pareció una buena carta de apertura”. “Casablanca” le sigue en el repertorio, una tonada que describe como nostálgica y que indica el “cierre de algo creado con base en expectativas que le pusiste a otra persona”.
En “Cerquita”, Aitor contó con la colaboración del rapero venezolano Mddle, una apuesta por la diferencia de géneros musicales entre ambos. “Es un tema que hice en 2018 y lo dejé ahí. Me gustó mucho, pero no conseguía por dónde entrarle a nivel de textura. Mddle me lanzó esos dos versos que me encantaron y le dio ese toque informal, sin intensidad, de lo que sería salir con alguien”. De volver en el recuerdo a los momentos importantes es de lo que trata “Distancia”. Mientras que “Barcelona”, aunque menciona a la ciudad española, se trata de vivencias con una persona que ahora está en aquellas tierras.
“Bianca” es la única bautizada con nombre propio, y no es gratuito. Aunque aclara: “A pesar de que en su momento sí las escribí pensando en alguien, puede que no las haya terminado pensando en la misma persona sino simplemente en el feeling que me llevé. A veces uno tiene un mismo feeling con diferentes personas y digamos que eso ayuda a cerrar un ciclo y poderlo convertir en canción. Rendirle tributo a ese mismo pasado”.
Para el cantante venezolano, quien llegó a Estados Unidos hace dos años y vivió en dos ciudades antes de moverse otra vez para terminar en Los Ángeles, su viaje migratorio le ha servido para variar su lectura musical, y acumular conocimientos y evolucionar. “Eso me ayudó a crecer mucho musicalmente y líricamente a la hora de escribir. Hasta que aquí en Los Ángeles fue un cambio grande y más maduro en cuanto a mi gusto musical”.
Puedes escuchar la entrevista completa a Mikel Aitor en la edición 437 de Esto Sí Suena en radio: