Nuestro «culto» Presidente, por Simón Boccanegra
Según el Presidente su rival «no sabe nada», «nunca estudió», «nunca fue dirigente de nada», «de hecho es la nada», y por ahí se va todos los días, añadiendo no pocas veces insultos en el plano personal. Es de imaginar que el hecho de que Capriles no le responda nunca y jamás lo mencione por su nombre debe tener a Chacumbele un tanto intrigado, por decir lo menos.
Nunca había tenido un rival tan sereno y con tanta sangre fría, porque, mire usted, que calarse diariamente ese aguacerito blanco de agravios requiere de mucho temple. Pero a lo que iba.
Chacumbele ha mejorado en estos años. Cuando comenzó su gobierno su libro de citas favorito era El Oráculo del Guerrero y lo fue hasta que alguien le reveló que el tal «oráculo» era un breviario gay. Guapeó durante algún tiempo defendiéndose solamente con citas de Bolívar, pero de pronto José Vicente le hizo descubrir Los miserables de Víctor Hugo y se aferró a éste un buen rato. Después fue Mészáros, el economista húngaro, del cual Giordani le hizo leer algunas páginas. Un día nos informó que era «marxista», pero tuvo la franqueza de confesar que no había leído nada de Marx. Parece que ya llegó a las primeras páginas porque se le ha oído hablar de «valor de uso» y «valor de cambio». También aparece de vez en cuando Nietzsche en su arsenal. No se puede negar que desde El Oráculo del Guerrero hasta Nietzsche ha recorrido un largo camino. Pero siempre produce la impresión, cuando hace citas, que lo que se ha leído del libro en cuestión es la solapa.