Nuevas formas políticas, por Simón García
Twitter: @garciasim
Los políticos tienen más vidas que los gatos. Pero una nueva no es pura repetición de la anterior. La renovación es su forma. Una condición que comienza por comprender que, dada la debilidad de la sociedad ante el Estado, no se trata de definir lo que deberíamos ser sino ser lo que podemos lograr.
Se anuncia al detal y sin mayores precisiones una conjunción entre El lápiz, Avanzada Progresista y Cambiemos. No se indica en torno a cuál objetivo ni con cual política de transición, una de las claves del hacer eficaz. No se conoce si se trata de federar esfuerzos electorales o se quiere ir más allá.
Pero es una iniciativa que apoyo. Primero, porque contribuye a revertir la disgregación de las fuerzas de cambio. Segundo porque en la relación autoritarismo/democracia ninguna expresión democrática puede considerarse adversaria, incluso las que se manifiesta internamente en el chavismo.
Por similares consideraciones apoyo a la Plataforma Unitaria y su propósito de realizar una primaria para escoger un candidato presidencial que arrancará con el respaldo de los principales partidos de oposición. Ayuda a maximizar toda oposición. Aunque haya ovejas descarriadas por persuadir, no por atacar y excluir.
Para construir unidad tenemos que admitir que la razón, la verdad y la consistencia ética están repartidas en todos los actores., no en una sola de las partes. Esta convicción remite a reivindicar figuras de oposición que hoy son objeto de postacusaciones inferidas y sin pruebas.
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Hay que fortalecer la presencia de un mensaje de confianza, solidaridad y esperanza, fundado en las condiciones objetivas que existen para una victoria, electoral y política, el 2024. La responsabilidad no crear otra frustración está en nosotros mismos.
Nadie niega la importancia de la lucha contra la corrupción y la necesidad de adoptar medidas concretas cuando ella expresa una descomposición en la oposición, que no de la oposición. Pero junto a ella hay que unir empeños para sacar a todas las fuerzas de cambio del aislamiento social, la marginalización de la realidad política y de la recaída en el planteamiento irreal sobre una victoria electoral que sea caída y mesa limpia. Eso es repetir las viejas formas de la ficción extremista.
El objetivo electoral principal es presentarnos unidos, en torno a un candidato, a una propuesta de transición, a una definición de alianzas y a un programa preciso para convivir y vivir mejor. Para las otras patas de la mesa existen suficientes especialistas con los cuales emprender lo que hay que hacer en materia de reconstrucción de la economía y renovación constitucional de los poderes públicos.
Las nuevas formas de la política, si un gran frente nacional es hoy inviable, pueden nacer de las pequeñas coincidencias y la cooperación a término. La disyuntiva es clara: el gobierno nos quiere divididos, el país nos necesita unidos.
Actuamos bajo la lógica y las limitaciones impuestas por el autoritarismo, no porque se subasten principios, aunque haya conocidos miserables de la garrocha; sino porque casi todas nuestras políticas terminaron en derrota. La obligación de todos es asumir los acuerdos posibles con el gobierno para mejorar lo que se pueda en la situación del país y en las condiciones electorales. .
Hay que volver a la gente y actuar para mejorar su situación social hasta que se acumule una relación de fuerzas que permita la capacidad de presión y movilización para abordar un acuerdo muy amplio hacia la reconquista de la democracia.
Simón García es analista político. Cofundador del MAS.
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