Nuevo pitcher en la propaganda del Estado, por Simón Boccanegra
Ernesto Villegas ha sido nombrado ministro de la Propaganda, en lugar de Izarra, quien no logra satisfacer completamente a su jefe y en cada refacción del gabinete es el primero en saltar pa’fuera. Villegas es el primer ciudadano no perteneciente al círculo de los compañeros de la primera hora, que ocupa una de las posiciones estratégicas, que diría Chávez, del alto gobierno.
Ernesto no es propiamente un talibán, de allí que sea pertinente hacerle algunas preguntas, sin ánimo polémico, pero que para él encierran retos en su nuevo cargo. El ministro de Propaganda tiene a su cargo, entre otros medios, el canal 8. ¿Se abrirá el canal 8 a todos los venezolanos o continuará siendo coto cerrado del chavismo? ¿Los partidos aliados del PSUV, en especial el PCV, que lo ha reclamado, tendrán pantalla ahora? ¿Podrá la oposición acceder al «canal de todos los venezolanos»? ¿Revisará Ernesto la programación del canal? ¿ La Hojilla, ese bodrio, desde donde pontifica Mario Silva, continuará siendo el programa estelar? Tal vez sea esta la piedra de toque para el menor de los Villegas. Es obvio que a él, como a ninguna persona en sus cabales, puede gustarle semejante antología de estupideces, mentiras y groserías, ¿lo sacará del aire por puras razones de higiene pública? También hay otros programas que no resisten una revisión y el noticiero tendría que ser reformado para que quepan en él «todos los venezolanos» y no sólo los rojo-rojitos. Este minicronista desearía que Ernesto Villegas se atreva a enfrentar estos desafíos, y si no todos al menos el de La Hojilla. El país, incluyendo a sus compañeros, se lo agradecerá.