Nuevo régimen de venta de la gasolina aún no se traduce en mayor oferta
Pdvsa logró arrancar la refinería de Cardón y se espera que mejore el abastecimiento de gasolina en el mercado interno, ya que comienzan a bajar los inventarios de combustible de la petrolera estatal y crecen las limitaciones para importar. Una nueva ayuda de Irán está en veremos
A mes y medio de haberse ejecutado el aumento del precio de la gasolina en Venezuela, la situación en el abastecimiento interno de combustible no parece mejorar. Las estaciones de servicio que cobran en dólares permanecen desiertas tras la primera semana de largas colas de automóviles, mientras que las personas que acuden a las bombas con precios subsidiados permanecen a la espera por horas de que llegue la gandola con el producto.
Fuentes consultadas señalan que los inventarios de gasolina comienzan a bajar y existe incertidumbre sobre si a los puertos venezolanos lleguen nuevas cargas de combustible provenientes de Irán, uno de los últimos regímenes políticos aliado de la administración de Nicolás Maduro.
«Los resultados de esta primera etapa de venta de gasolina son medianamente positivos, pero ha demostrado que el gobierno drenó inventarios de combustible. En otras palabras, el gobierno no fue del todo claro cuando dijo que había que importar gasolina cuando aún había suficiente inventario», acota el analista petrolero Rafael Quiróz Serrano.
Como se recordará, Irán envió cinco buques a Venezuela que contenían un millón 500 mil barriles de gasolina, lo que de acuerdo a los cálculos, abastecerían el mercado interno por dos semanas, aproximadamente.
«La gasolina iraní daba para 15 días de abastecimiento por lo que esto confirma que el gobierno tenía aguantado los inventarios, habían terminales de depósitos que estaban a disposición y empezó a drenar el combustible de a poco», sostiene Quiróz Serrano.
Tanto en el Distrito Capital como en el estado Miranda han disminuido las colas de vehículos en las estaciones de servicio, pero no así en el resto del país. En estados como Apure, Táchira y Zulia la situación sigue siendo dramática.
En Táchira, uno de los estados fronterizos, el racionamiento de gasolina cumple seis años en este mes de julio.
«Sabemos que Pdvsa tenía aún importantes inventario de gasolina, producto del racionamiento que ha impuesto desde hace varios años, pero ya comienzan a disminuir. Esperemos que la reactivación de las refinerías sea rápida», dijo una fuente que prefirió mantener su nombre en reserva.
La cuarentena decretada para evitar la propagación del coronavirus sirvió para que bajara la demanda de gasolina, al igual que la recesión económica del país. Quiróz Serrano coincide en que la paralización de actividades de una gran parte del sector público y privado y permitió a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) desmovilizar a la población y ahorrarse así un consumo fuerte de gasolina.
A juicio del analista petrolero, el país tiene aún mucha necesidad de importar el combustible, además de insumos para refinar. Sin embargo, las sanciones petroleras del gobierno de Estados Unidos aplicadas a Pdvsa, obstaculizan estas compras externas. «Venezuela va a seguir teniendo problemas para importar gasolina y los insumos, no es un problema de poca monta. Tiene también impedimentos para exportar, este es nuestro principal problema», dijo.
Recientemente, Pdvsa logró encender la refinería de Cardón, ubicada en el estado Falcón, luego de varios fallidos intentos y de una larga paralización operativa debido a falta de repuestos y mantenimiento. Esta instalación petrolera cuenta con una capacidad para procesar 315.000 barriles diarios, pero con el arranque de las operaciones se encuentra procesando entre 15.000 a 30.000 barriles diarios.
Entre enero y febrero de este año, el consumo de gasolina era de unos 80.000 barriles diarios y bajó casi a la mitad durante las primeras semanas de la cuarentena, cuando la cifra llegó a 45.000 barriles diarios.
«Cardón está arrancando progresiva y parsimoniosamente y hacemos votos para que logre aumentar su capacidad de refinación. Lo que está produciendo hoy aún es muy poco para abastecer el mercado interno, se prevé llevarlo a su máxima capacidad de forma escalonada, creo que sí se lograra luego de las reparaciones a su planta de alquilación y de craqueo catalítico», afirma Quiróz Serrano.
La toma
Lo que sí trajo la nueva política de suministro y abastecimiento del combustible fue la toma forzosa de estaciones de servicio arrendadas por Pdvsa a terceros, aniquilando así el interés de privados en querer participar en la venta de gasolina importada, según el plan que las autoridades pretenden llevar a cabo.
Estas bombas de gasolina pasaron a ser administradas y manejadas directamente por personal de Pdvsa, y operadas por militantes de la misión Chamba Juvenil.
El pasado 27 de junio, Pdvsa envió a estos comercios un comunicado en el que notificaban la rescisión del contrato y ordenaba el desalojo de los espacios en menos de 72 horas. Hasta las llamadas tiendas de conveniencia que eran 100% propiedad de los administradores de las bombas tuvieron que abandonar estos espacios. Esta notificación llegó a otras cuatro bombas y a unas 12 en el interior del país.
Según lo señalado por el portal Petroguía, la rescisión de contratos en las estaciones de servicios, sobre todo aquellas que expenden importantes volúmenes de combustible, pudieran alcanzar hasta 116 establecimientos en la región metropolitana que abarca Caracas y los estados Miranda y La Guaira.
Por otra parte, la gasolina que durante este mes y medio se vendió con las nuevas tarifas de 0,50 dólares el litro y a 5.000 bolívares el litro, deja a la población con un trago amargo: se está de acuerdo con un ajuste o aumento de los precios que por demás fue exponencial, pero que se eliminaran las restricciones o racionamiento, la cual no llegó.
Desde 2018, Venezuela presenta una severa escasez de combustible debido a la paralización de las seis refinerías del país, producto de la falta de inversiones para su mantenimiento, lo que ha agobiado a los venezolanos y afectado al aparato productivo.
Mientras caía la producción petrolera de Pdvsa y las sanciones contra la empresa estatal por parte de EEUU que impiden la importación de gasolina; el desabastecimiento se fue incrementando hasta llegar a la capital Caracas, la cual la administración de Maduro se había empeñado en mantener abastecida para evitar protestas.
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La venta de gasolina iraní a Venezuela ayudó a mitigar la escasez en el mercado interno, justo en momentos en que se aplicaba un nuevo esquema de venta del combustible y en medio de una cuarentena. Pero los mayores esfuerzos de EEUU para impedir la llegada de más combustible dieron resultados, cuando un tribunal del Distrito de Columbia decidió el embargo del producto contenido en cuatro barcos con bandera de Irán.
La medida aplicó para los tanqueros Bella, Bering, Pandi y la Luna, los cuales esperaban descargar 1 millón 163 mil barriles de gasolina aproximadamente, según los cálculos de la justicia norteamericana. Todavía no hay anuncios por parte del gobierno iraní de intentar enviar más combustible a Venezuela. Esta vez la ayuda parece que no llegará, pero se espera que aún haya inventario suficiente en el país mientras la refinería Cardón termine de reactivarse.