Nuevo salario mínimo no compra ni el queso para rellenar la arepa

El nuevo salario mínimo de 400.000 bolívares aprobado por Nicolás Maduro tampoco alcanza para comprar medio cartón de huevos ni un kilo de carne de primera, a punto de superar el millón de bolívares
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que los salarios mínimos tienen que fijarse en un nivel que permita sufragar las necesidades de los trabajadores y sus familias (alimentación, vivienda, salud, la educación de los niños y la participación en la vida social de la comunidad) para que puedan tener «un estilo de vida básico pero decente».
Pues en Venezuela, una treintena de incrementos salariales aprobados por Nicolás Maduro desde que se instaló en Miraflores en el año 2013 no han logrado recuperar el pulverizado poder adquisitivo de la clase trabajadora por la severa crisis hiperinflacionaria que atraviesa la nación desde noviembre de 2017.
Este lunes 27 de abril, el ministro de Trabajo, Eduardo Piñate, anunció que el salario mínimo y la pensión pasaron de 250.000 bolívares -ingreso que se mantenía desde enero de 2020- a 400.000 bolívares, incremento que entrará en vigencia a partir del 1º de mayo.
Con este nuevo salario mínimo de 400.000 bolívares, aprobado para, según Maduro, «proteger» a la clase trabajadora venezolana en medio de la cuarentena por el coronavirus, se pueden comprar dos paquetes de harina de maíz precocida, que cuesta 200.000 bolívares el kilo, pero no alcanza para comprar el relleno de la arepa. En el mercado municipal de Quinta Crespo, el kilo de queso lo venden este martes 28 de abril entre 480.000 y 510.000 bolívares.
El nuevo ingreso tampoco compra medio cartón de huevos, que cuesta 440.000 bolívares, ni un kilo de carne, que lo venden en 970.000 bolívares en Catia y en 820.000 bolívares en Quinta Crespo.
Los 400.000 bolívares se van íntegros al comprar un kilo de azúcar y un kilo de tomate, que tienen un precio de 120.000 y 280.000 bolívares en el mercado de Quinta Crespo, respectivamente.
El nuevo salario mínimo integral -sueldo base y cestaticket- de 800.000 bolívares (4 dólares) apenas alcanza para pagar el nuevo precio controlado de la carne de primera, que el gobierno fijó en 3,85 dólares. El precio en bolívares se actualizará de acuerdo con el tipo de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
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En síntesis, los precios han aumentado de manera significativa por tres factores: la disminución de la oferta de algunos productos, sobre todo en el interior del país, por la severa escasez de gasolina que ha retrasado y hasta paralizado la producción y el transporte; y el bachaqueo en divisas del combustible, que en el mercado negro es vendido hasta en tres dólares el litro, precio muy superior incluso al de Holanda (1,74 euros por litro) que lidera la lista de los países con la gasolina más cara del mundo.
En los precios de bienes y servicios también impacta el incremento acelerado del dólar paralelo. El gobierno, cada vez más quebrado por el colapso de la producción petrolera y el desplome de los precios del crudo, ha reforzado la práctica populista de entregar bonos, que al llegar son cambiados por productos o por dólares, en un momento en el que la oferta de divisas ha disminuido por la cuarentena.