Odebrecht y el medio ambiente, por Simón Boccanegra

Odebrecht, como se sabe, es una de las empresas constructoras más importantes del mundo. Es, como también se sabe, brasileña y en nuestro país ha construido y construye algunas grandes obras. Ramales del metro de Caracas, el segundo puente sobre el Orinoco, entre San Félix y Barrancas, y ahora el tercer puente, entre Caicara del Orinoco y Cabruta, se cuentan entre algunas de las obras de gran envergadura que ha construido Odebrecht. Por cierto que, esta empresa que participa y financia foros sobre ética empresarial, recibió del dedo de Chávez la buena pro para el tercer puente sobre el río padre.
Eso fue cuando se inauguraba el segundo puente. En uno de sus arranques irresponsables el presidente dijo «construyan el tercer puente». Odebrecht no tuvo la mínima delicadeza de sugerir que lo deseable habría sido una licitación internacional, en al cual participarían, desde luego. No, «éticamente» agarró aquella golilla que le ofrecieron. Pero ese no es mi punto hoy, sino lo que está pasando en Parque Miranda, en la Rómulo Gallegos, frente a Santa Eduvigis. Allí han levantado una concretera, para las obras del Metro, que está destruyendo la vegetación del parque y que afecta gravemente a los vecinos de la zona con el polvillo que desprende la producción del concreto y con el ruido permanente. Las comunidades del sector han protestado en todos los tonos pero la constructora brasileña no se da por enterada. Guapos y apoyados, pues.
Por lo visto, el «socialismo del siglo XXI» es tan desaprensivo y negligente con el medio ambiente como lo fue el del siglo XX, que en la antigua Unión Soviética y en varios de los países que integraron su imperio, al igual que en la China que se decía socialista como en la capitalista salvaje de hoy, produjo algunos de las más graves daños ecológicos que ha sufrido el planeta.