Oficina de la ONU, por Roberto Patiño
La decisión del régimen de cerrar las oficinas de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Venezuela, el jueves 15 de febrero, confirma la deriva autoritaria de quienes tiene el poder.
El anuncio ocurrió pocas horas después de que la Organización de las Naciones Unidas denunciaran el secuestro de la activista de Derechos Humanos Rocío San Miguel, y tras de hacerse público el último informe del Relator de la ONU, Michael Fakhri, sobre los CLAP, un documento que muestra que el buque insignia de los programas sociales de la dictadura es empleado como un arma para garantizar el clientelismo político, un sistema insuficiente para hacer frente a la crisis humanitaria en Venezuela y un recurso caracterizado por la mala calidad de los alimentos y la irregularidad de la entrega.
La salida de la oficina de de la ONU tiene implicaciones como la ausencia de asistencia técnica en materia de Derechos Humanos para el Estado, la limitación en la protección de estos derechos para los ciudadanos, el abandono de los mecanismos que conectan a la sociedad civil con los sistemas de protección multilaterales, la imposición de limitaciones en el acceso de los relatores de la ONU y el bloqueo en el acceso a información veraz sobre la situación de los DDHH en el país.
La expulsión de la ONU es un duro golpe, un obstáculo que debe llevarnos a trabajar de manera coordinada y solidaria para apoyar a las víctimas del Estado, seguir investigando y sistematizando la situación de los DDHH en el país y danto a conocer nuestra realidad en el mundo. Aunque el régimen se empeñe en aislarnos, tenemos que insistir en el esfuerzo por demostrar a los países democráticos que somos un pueblo que merece el esfuerzo seguir recibiendo el apoyo de la comunidad internacional en su lucha pacífica por la recuperación del estado de derecho, las libertades civiles y la democracia.
Debemos insistir en el cambio pacífico y democrático, apoyar a los verdaderos liderazgos populares que nacen en las comunidades, comprometernos en el trabajo de organización de base y apoyar la estrategia de llevar al régimen a unas elecciones democráticas, es una hoja de ruta compleja, ¡lo sabemos!, pero en la que debemos comprometernos todos los venezolanos que queremos hacernos dueños de nuestro futuro.
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Este ha sido y seguirá siendo nuestro compromiso.
Roberto Patiño es Ingeniero de Producción-USB. Magíster en Políticas Públicas-Harvard. Cofundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.
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