Omar Peréz, adiós al último de los primeros
Twitter: @goyosalazar
Con la partida física de Omar Pérez (Duaca, 1925) se ha ido el último de esa legión de periodistas venezolanos que en la década de los 40 comenzó a sentir el oficio incompleto si no dedicaban también sus esfuerzos a consolidar un gremio con incidencia en todos los aspectos de la labor profesional y la propia realidad nacional.
Reporterismo, organización gremial y adherencia partidista eran un denominador común en esos pioneros cuando se funda la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) en 1941. El periodismo vivía inmerso en el torbellino político de una Venezuela que en una década de transiciones inconclusas fue sacudida por dos golpes de Estado que torcieron el rumbo de la historia.
Omar Pérez, el Compañerito, mote amistoso que de tanto prodigarlo terminó por llevarlo para toda su vida, no estuvo entre los fundadores de la AVP por sus cortos 16 años, pero sí entre quienes se unieron a su consolidación y de ella era activista de los más destacados cuando se da el paso legal para la creación del Colegio Nacional de Periodistas en 1972.
Pero mucho antes, con apenas 21 años y ya dedicado a las faenas del diarismo, forma parte de los 59 reporteros —entre redactores y gráficos— que se dan cita en el edificio Washington, joya arquitectónica del corazón de Caracas absurda y tempranamente demolida, para fundar el 11 de marzo de 1946 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).
Allí figura al lado de Federico Pacheco Soublette, Arístides Bastidas, César Rengifo, María Teresa Castillo, Ida Gramcko, Carmen Clemente Travieso —cuya biografía publicó Omar hace pocos años —, el Gordo Pérez, Alirio Ugarte Pelayo y muchos otros que luego descollaron en el campo de la literatura, la política, la cultura o el deporte, como es el caso del dirigente Candelario Rivero, el célebre Chato Candela. Omar era el último sobreviviente.
La AVP surge «en defensa y mejora del estatuto jurídico, económico, moral y social de los periodistas..» y «por el mantenimiento y ampliación de la libertad de prensa en el país», norte que no abandona el gremio. El SNTP, nacido al calor de la brega en las redacciones, se centra en reivindicar las condiciones de trabajo de los principales medios impresos del país: El Universal, El Nacional, El Heraldo, La Esfera, El País, Últimas Noticias. Una lucha integrada y estrecha hace a varios nombres comunes en las actas fundacionales de ambas organizaciones.
Estuvo Pérez también entre quienes hicieron camino al andar en una publicación que representó un gran salto cualitativo en la forma de hacer y de presentar de los diarios venezolanos en 1943. Decir El Nacional era decir modernidad y allí, en su redacción deportiva, lo encontramos formando parte de una constelación de estrellas al mando de Abelardo Raidi.
Para una edición aniversaria de ese diario, Omar escribió una crónica en la que recordaba que a aquellas figuras rutilantes del periodismo nacional también era posible sorprenderlas en un rato de distensión, jugando beisbol con una pelota de papel en plena redacción, encabezados por el propio director, Miguel Otero Silva. ¿Qué venezolano podía sacarse de la cabeza ese deporte estando tan cerca la gesta gloriosa de La Habana en 1941?
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Contaba que en tiempos de la dictadura perezjimenista, Pedro Estrada, el implacable jefe de la Seguridad Nacional, se le acercaba en las ruedas de prensa para decirle, con una sonrisita irónica, que sabía de sus contactos con los líderes de la resistencia de AD, su partido de toda la vida. Era verdad. El Compañerito se salió siempre de la suerte con alguna humorada que desarmaba al gran esbirro.
Laboró por muchos años en El Universal, hizo radio, jefaturó el servicio de prensa de su partido, hizo de Defensor del Lector, escribió para revistas con una pluma siempre versátil, de punta acerada y reconocida por capacidad y experiencia. Con enorme sentido de la amistad, por mantenerla fue capaz de dejar de lado las más radicales diferencias políticas.
En 1976, tras disputar la presidencia del Colegio Nacional de Periodistas, quedó integrando su primera junta directiva como Vicepresidente. Otra vez fue de los primeros, un sino que, sin buscarlo, siempre lo persiguió y lo honró.
«Así fue, compañerito», diría de seguro si pudiera leer esta ilación. «Yo fui primer chicharrón en todos esos calderos», y soltaría la risa espontánea, resuelta, uno de sus grandes disfrutes y el rasgo de su personalidad —aparte de su bonhomía— que más recordaron sus colegas al saberse la noticia de su fallecimiento este 20 de octubre.
Con Omar Pérez se ha ido el último de los integrantes de una cantera donde se labró una generación de hombres que trazó por varias décadas el rumbo del periodismo venezolano.
Gregorio Salazar es Periodista. Exsecretario general del SNTP.