Ortega, pero no Gasset; por Simón Boccanegra
Anoche le oí a Carlos Ortega un argumento que me dejó patidifuso.
Según él, este gobierno no va a aceptar jamás contarse y, por tanto, hay que sacarlo ya. En el alegato orteguiano hay dos puntas. Una, si el gobierno no va a aceptar salida electoral ninguna, la mesa de negociación es una ociosidad. ¿Para qué negociar lo que ya se sabe que nunca va a lograrse? Ortega propone, pues, que la CD patee el tablero. Que abandone la Mesa. O sea, exactamente lo que el gobierno quisiera, para que el costo político del eventual fracaso de la negociación lo pague la oposición. Genial.
La otra punta, se refiere al modo de sacarlo ya. ¿Cómo, Carlos, si no es mucha molestia? Porque sobre el particular nuestro amigo no sugiere otra fórmula más precisa y concreta que “seguir en la calle”. Pero, como si fuera poco, nuestro cetevista afirma que la razón fundamental para sacar ¡ya! a Chávez es que “agosto está muy lejos”. Con ese argumento fue lanzado el paro indefinido. En diciembre pasado, agosto estaba tan lejos que era preciso meterse por el fast trackdel paro indefinido, asociado, cuándo no, a la mitomanía del golpe. Bueno, dos meses después, sin balance alguno de lo actuado, retorna el mismo predicamento. Ni a Ortega y Gasset se le permitiría tamaña pérdida del sentido de la realidad.