Otra vez sobre Nixon Moreno, por Simón Boccanegra
Yo-El-Supremo, como se sabe, anda de mediador con las FARC para ver si logra contribuir a rescatar las decenas de secuestrados que esa organización dizque revolucionaria mantiene en cautiverio desde hace bastantes años. Este minicronista ve con buenos ojos esa gestión, ya que las razones humanas y humanitarias van más allá de la razón política. Ojalá El Supremo tenga éxito y las víctimas de esa práctica aborrecible y miserable, negadora de todo ideal, puedan reencontrarse con sus familiares lo más pronto que se pueda.Pero Yo-El-Supremo tiene aquí un secuestrado por cuya libertad debería preocuparse también. Se trata de Nixon Moreno, dirigente estudiantil de la ULA, en Mérida, quien está refugiado en la Nunciatura Apostólica desde hace meses. Chávez debería saber bien que la acusación contra Nixon es una mamarrachada grotesca, absolutamente insostenible. Una coartada para sacarlo de su condición de dirigente estudiantil. Pida el expediente para que lo compruebe por sí mismo.
¿Por qué, pues, con la misma disposición que muestra para ocuparse de los secuestrados colombianos, no ordena (porque aquí la cosa depende de su pura y simple voluntad) que cese esa persecución absurda, para que Nixon pueda reunirse con sus familiares y regresar a sus estudios?