OVP considera que calabozos de Zona 7 deberían cerrarse ante condiciones inhumanas
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) dijo que los calabozos de Zona 7 son reducidos, sin espacios para camas, con decenas de presos hacinados, ausencia de baños, condiciones insalubres, presencia de enfermedades, con zonas oscuras y sin ventilación. El edificio de Zona 7 fue diseñado como espacio administrativo y no como lugar de reclusión, pero en la actualidad alberga a 421 presos
El coordinador general del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Humberto Prado, denunció este miércoles 22 de enero las condiciones inhumanas en las que mantienen a los detenidos en los calabozos del Centro de Control y Resguardo del Detenido Boleíta de la Policía Nacional Bolivariana, mejor conocido como Zona 7, ubicado en el municipio Sucre del estado Miranda.
Puntualizó que este espacio debería ser cerrado, destinarse solo como comando policial y trasladar a los detenidos a otros centros de reclusión.
Prado recordó, al presentar su más reciente informe, que el sistema penitenciario del país enfrenta una «crisis humanitaria y un colapso» y afirmó que Zona 7 es un claro ejemplo de cómo funcionan los centros de detenciones preventivos, que afirmó «pasaron a ser cárceles paralelas».
Dijo que el edificio de Zona 7 fue diseñado como espacio administrativo y no como lugar de reclusión, pero en la actualidad alberga a 421 presos; de los cuales, 171 son funcionarios policiales que han cometido algún delito y 250 son presos comunes. Sobre la reclusión en el lugar de presos políticos, el coordinador del OVP indicó que sí hay, pero se desconoce la cifra exacta.
Sobre las condiciones inhumanas que enfrentan las personas presas en este lugar de la PNB, Humberto Prado sostuvo que los presos comunes están «en celdas saturadas y sin acceso a servicios básicos» y aseguró que los funcionarios policiales tienen algunos beneficios como: «Un área solo para ellos en la parte superior del comando con acceso a baños, ventilación, luz solar y condiciones de descanso dignas».
En referencia a las celdas, Prado las describió como un espacio reducido en el que no caben camas ni tampoco hay ventilación, pero sí decenas de presos hacinados; ausencia de baños que obliga a las personas a hacer sus necesidades de manera improvisadas en bolsas con condiciones insalubres, que los exponen a enfermedades contagiosas y espacios sin ventilación al estar ubicadas en sótanos, convirtiéndolos en celdas oscuras y opresivas.
Sumó seis tipos de celdas y aseveró que cada una de ellas tiene un precio:
- Área de polipresos: Humberto Prado dijo que no es una celda, sino un espacio amplio donde los funcionarios detenidos circulan con mayor libertad, no duermen hacinados y hay baños.
- Celda King Kong: También se le conoce como la celda de los «millonarios», porque los detenidos que quieren estar ahí para recibir la luz del sol debe cancelar $100 mensuales.
- El pantry: Es un espacio abierto en el que los presos pueden pasar el día. Sin embargo, para permanecer allí deben cancelar un monto (no especificado) al funcionario de turno; entre las 6:00 p.m. y las 7:00 p.m. son devueltos a sus celdas.
- Celda de las brujas: Prado dijo que es un espacio destinado para quienes han cometido violaciones o «cosas que un malandro no debería». Explicó que los recluidos acá no comparten con los otros presos y si se atreven a generar incomodidades con el resto de la población penal, pueden desencadenarse motines.
- Celda el tigrito: Es una celda pequeña de unos 4×6 metros, a esta se llevan a quienes van llegando o a los castigados. Los detenidos duermen de pie y a veces se turnan para sentarse en envases de refresco, en el espacio circulan aguas sucias y hay cucarachas, roedores y malos olores, lo que lleva al contagio de enfermedades.
- Celda del inframundo: Es una celda en forma de pasillo, ubicada en el sótano de Zona 7, espacio reducido, oscuro y paredes húmedas por las filtraciones. Estiman que hay unos 90 apresados.
De la misma manera, el representante del OVP explicó que en este centro de detención no se toman en cuenta la separación de categorías por naturaleza del delito, situación jurídica del apresado, edad, grado de vulnerabilidad y recordó que durante las detenciones poselectorales del pasado 28 de julio 21 adolescentes fueron llevados a este lugar y compartieron celdas con adultos, sin respeto a los derechos humanos y en espacios «infrahumanos».
Prado añadió que los adolescentes y todos los presos que llegan al lugar deben adaptarse a la dinámica carcelaria para evitar conflictos con los demás detenidos, fenómeno que detalló se le llama «prisionalización».
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El Observatorio Venezolano de Prisiones aseguró que las condiciones de Zona 7 son de vieja data y recordó que las condiciones de hacinamiento y las infrahumanas han desencadenado motines, protestas, fugas, heridos y toma de rehenes; con lo que se ha catalogado este lugar como «el centro de detención preventivo más peligroso de Caracas».
Humberto Prado enfatizó que las condiciones en las que permanecen los presos en Zona 7 «reflejan la inobservancia de la ley y el abandono forzado de los derechos humanos de los detenidos», pues reiteró que estas personas sobreviven en condiciones de extrema precariedad, violencia, corrupción, sin atención médica ni alimentación adecuada y añadió que en el lugar hay presencia de enfermedades como tuberculosis, VIH, hepatitis, sarna y diarreas.
EL OVP recomienda a las autoridades: cesar el uso prolongado de la prisión preventiva; trasladar a los detenidos en Zona 7 a otros centros de reclusión en el país, considerando la cercanía con sus familias; no detener a adolescentes con adultos y llevarlos a centros especializados de acuerdo con sus edades; realizar evaluaciones médicas de los detenidos cada cierto tiempo para constatar sus estados de salud; respetar los derechos humanos; cerrar definitivamente Zona 7 y desmantelarlo ante el riesgo que representa para los vecinos de la zona y realizar investigaciones con garantía de no repetición de todas las denuncias y hechos ocurridos en este centro de detención, especialmente las vinculadas a corrupción, torturas, tratos crueles e inhumanos.
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