Palabras potentes…, por Marisa Iturriza
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Lo conté como me lo contaron y reaccionó airadamente, como si yo tuviera que ver con algo que sucedió antes de yo nacer, cuando en San Fernando el domingo era muy importante y a la misa de 10:00 a. m. se iba bien vestido y quienes podían estrenaban. Los que no, se esmeraban y blanqueaban sus zapatos de goma con blancoezinc si no tenían otros. Palabras y saludos al salir del templo. Chismes, novedades y paseos… sobre todo ese día, porque, desafiantemente, los evangélicos americanos bautizarían a sus seguidores en el río tal como a Jesús en el Jordán.
Mientras la concurrencia observaba cómo se sumergían de uno en uno, de pronto, ¡ay, Dios! Un caimán arrastró a una jovencita que iba entrando.
Si san Juan bautizó a Jesús en el Jordán fue porque ahí, si acaso, nadarían algunas sardinitas, no como en el Apure de este episodio, con caimanes, tembladores, caribes, tragavenaos, rayas, etc. El entonces presidente del estado prohibió los bautizos en el río y fue estrictamente obedecido.
Aunque nada tiene que ver con el río ni con el caimán ni con la muchacha (Q.
E.P.D.) hace tiempo digerida, aquí la palabra beligerancia sí tiene que ver porque (al iniciar el proceso) el líder supremo dijo que eso es lo que tienen los enguerillados del vecino país, quienes, tomándole la palabra, se mudaron a la región del cuento, resolviendo mediante balaceras las diferencias entre ellos, incluyendo bajas de soldados nuestros y lugareños que emigran para salvarse.
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Quién sabe si, quien astutamente llamó presidente a los otrora mandamases de los estados, sabía que dentro de muchos cráneos esa palabra significa omnipotente, así que en vez de nombrarlos gobernador, gerente, virrey, comandante, coronel, etc., les llamó presidente y haga lo que haga «no se le puede quitar lo bailao» a quien detente ese cargo aunque sea un ratico, el lapso legal o para siempre con heredero incluido.
A lo mejor sería positivo que, en vez de ciudadano, opositores y oficialistas fueran complacidos con una palabra potente: presidente (jamás presidenta, residenta, habitanta, pacienta o miembra, feminismo bolsa que no impide irrespeto ni feminicidios en ascenso) y con otra que debiera ser más potente todavía, designar ciudadano al que como tal coordine a cabalidad lo inherente al temporal cargo presidencial que le confían esos a quienes presentar debida memoria y cuenta al final del contrato correspondiente.
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