Palos de ciego, por Simón Boccanegra
No es mi intención hacer un inventario de la compleja problemática de la delincuencia en Venezuela. Todas las encuestas indican que el problema de la inseguridad ocupa el primer lugar en la lista de preocupaciones de los ciudadanos. Lo que sorprende es que después de casi 13 años en el poder, contando Chacumbele con recursos económicos suficientes y el control de todos los poderes, no haya logrado hacer posible una política seria para enfrentar esta calamidad.
Al contrario, cada cierto tiempo, y muchas veces a tenor de las protestas que brotan como la verdolaga en todo el país, el gobierno pareciera sentirse obligado a decir algo, y a simular una preocupación por el tema. Del catálogo de delitos que padecemos los venezolanos, el que produce mayor angustia, con toda razón, es el homicidio. El riesgo de ser asesinado a cualquier hora y en cualquier parte. Son los sectores populares los más afectados por esta situación, pero puede decirse que en el país lo único que se necesita para ser asesinado es estar vivo. Una de esas decisiones espasmódicas que pretenden vender la sensación de que el gobierno está actuando contra la delincuencia, fue aquella de subir guardias nacionales a las busetas para proteger a los pasajeros. Tuvo el mismo efecto que producen los fuegos artificiales, deslumbran, impresionan pero duran muy poco.
Hubo un gran despliegue publicitario, muchos operativos, cobertura mediática, y como flor de un día el operativo murió de mengua. Ahora disparando desde la cintura, los minpopo de Interior y Defensa, resuelven prohibir el porte de armas de fuego en toda unidad de transporte público de cualquier tipo. ¿Qué mecanismo hará posible cumplir tan magna resolución? ¿Averiguarán los titulares de ambos minpopo cómo se están concediendo los permisos de porte de armas? Sería tranquilizador que informaran a la ciudadanía si ya están tomando medidas para desarmar a esos grupos afectos al régimen que no están equipados precisamente con chinas mata-tuqueques. Más medidas aisladas y palos de ciego.