Parque refinador opera a 31% de capacidad
Autor: Armando Pernia
La escasez de gasolina en Venezuela es un fenómeno estructural, por lo que los episodios de cierres de estaciones de servicio por falta de combustible y las enormes colas de vehículos para llenar sus tanques, se repetirán cíclicamente en el futuro.
La razón estructural es que Venezuela solo produce 31% de los combustibles que necesita para surtir un parque automotor que, de paso, ha reducido su expansión natural en los últimos años. Casi habría que alegrarse de que las ventas de vehículos estén cayendo en más de 80% anual, porque de lo contrario la crisis con los combustibles sería peor.
El parque refinador venezolano tiene una capacidad estimada de procesamiento de 1.300.000 barriles por día. En promedio, se están sacando unos 400.000 barriles diarios de combustibles. Se estima que la producción efectiva de gasolina, descontando el gasoil y otras variedades, está en un orden de 200.000 barriles al día.
Fuentes de la industria apuntan que, en lo que va de año, este volumen se ha reducido a unos 180.000 barriles diarios, y donde más ha golpeado esta merma es en las líneas de productos más refinados; es decir, las gasolinas de 91 y 95 octanos.
La data sobre el consumo interno de combustibles también pasa por diversas interpretaciones.
El consenso de los analistas es que el país, en condiciones normales de suministro, requiere unos 500.000 barriles diarios, de los cuales la demanda de gasolinas se ubicaba en unos 240.000 barriles.
Por supuesto, esas cifras se deben revisar a la baja; sin embargo, la relación entre oferta y demanda de gasolina es muy ajustada y potencialmente deficitaria.
El Gobierno ha venido importando aditivos y volúmenes crecientes de gasolina para tapar los baches de suministro, porque las refinerías parece que operan en condiciones claras de vulnerabilidad.
Por ahora, la gerencia de Petróleos de Venezuela recurre al mercado externo para mantener el suministro regular solo en las grandes ciudades, pero desde 2013 la escasez de combustibles, con su secuela de estaciones de servicio que trabajan por turnos, o sencillamente cierran, y colas inmensas para repostar es un fenómeno recurrente.
De hecho, el dirigente sindical petrolero Iván Freites señaló que Pdvsa habría recurrido a «traders» estadounidenses (bendito sea el «Imperio») para adquirir de urgencia unos 600.000 barriles de gasolina, tanto de 91 como de 95 octanos, en función de resolver el «pico» crítico de desabastecimiento que se produjo en Caracas y otras grandes ciudades.
COSAS DEL CLIMA
Pdvsa explicó el episodio de escasez de gasolina más reciente con un argumento muy llamativo, «factores climatológicos» que afectaron el suministro en el centro del país, ya que «mareas altas» en el Caribe retardaron el flujo normal de abastecimiento.
El diputado José Guerra (MUD) dice que la razón es una cuantiosa deuda con proveedores internacionales, cuyo monto parece muy difícil de precisar realmente, porque Pdvsa solo da un reporte global.
El dirigente sindical Iván Freites señaló que solo en la Refinería de El Palito se registraron 22 paradas no programadas el año pasado, por diversas averías y falta de insumos.
Hay quienes todavía culpan a los efectos del paro cívico de 2002 de los continuos problemas que tiene el suministro de gasolina, un argumento que, de ser cierto, pondría en inventario todo el supuesto desarrollo alcanzado por la industria, después de superado ese tiempo conflictivo, a partir del cual el chavismo estableció un férreo control político de la industria.
El centro del drama se ubica en el Complejo Refinador de Paraguaná, donde de 82 plantas de procesamiento de crudos disponibles solo operan 15. Esto es muy grave, porque de este complejo debe salir más de 70% de los productos refinados que consume el país y con volúmenes excedentarios suficientes para exportar.
En Puerto la Cruz hay severos problemas con el vapor, insumo clave para la producción de carburantes. «El sistema de vapor colapsó porque colapsaron las calderas, y no hay soluciones. Al menos en términos inmediatos», reveló un sindicalista consultado.
Hay que entender que, para un productor como Venezuela, la refinación es un componente fundamental de la cadena de valor petrolera, porque la dieta de crudos que se produce localmente se compone, en proporciones crecientes, de crudos pesados, los cuales requieren un procesamiento intensivo que incluso necesita mezclas con aditivos y crudos más dulces- para ser comercialmente viables.
Esto significa que la situación del parque refinador no solo implica un problema con el suministro de combustibles, sino que ataca directamente a las finanzas de la industria, con el consecuente impacto en el gasto público.
EL TRANSPORTE TAMBIÉN
Robert Colina, secretario general del sindicato de transportistas de combustibles de Occidente por la Empresa Nacional del Transporte (ENT) y representante nacional de la comisión de enlace de la Futpv y ENT, señaló a TAL CUAL que el problema básico de la situación se relaciona a la falta de repuestos de las bombas de llenado de las unidades de transporte terrestre y marítimo.
Colina fue enfático al señalar que, no se trata de indisponibilidad de buques para el cabotaje, ni de gandolas y tampoco de producción. El dirigente comenta que «la disponibilidad de buques está y de gandolas también».
Una declaración curiosa, porque la explicación de Pdvsa para la escasez en las capitales del centro fue, precisamente, un problema de cabotaje.
La pregunta es: ¿No hay inventarios de gasolina suficientes para enfrentar contingencias como una elevación de las mareas en el Mar Caribe? Después de todo, este no puede ser un fenómeno inusual.
El dirigente sostiene que hay un parque disponible de 2.000 gandolas para el transporte de combustibles, y añadió un detalle preocupante: muchas de esas unidades se reparan gracias al esfuerzo propio de los trabajadores.
Fuentes internas de la industria insisten en que la situación es distinta. Números recientes señalan que, aproximadamente, 35% de la flota de transporte está paralizada por falta de repuestos, y altos niveles de obsolescencia.
Existe, de hecho, un gran déficit de inversión en el sector transporte, señalan los mismos informantes.
La situación no deja de ser preocupante. Dirigentes sindicales de la industria denuncian que existe una creciente ineficiencia operacional en la industria petrolera, no se cumplen los planes de mantenimiento y la calidad de las instalaciones se deteriora, por falta de insumos.
Un dato final para ilustrar la situación: Según el más reciente informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), tomando en cuenta fuentes secundarias, la producción total de Venezuela se ubica en 1.950.000 barriles diarios de crudo, un volumen equivalente a poco menos de la mitad del petróleo extraído hace dos décadas.
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