Partidos políticos no tienen voluntad real de incluir a mujeres en espacios de liderazgo
Las organizaciones políticas no tienen dentro de sus estatutos disposiciones expresas o efectivas que establezcan cuotas paritarias en cuanto al género. En un informe de tres ONG, se destacó que las mujeres están mayoritariamente relegadas a puestos operativos o de organización. En el proceso electoral de 2021 «la cobertura fue abrumadoramente masculina», pues los medios amplificaron la propuesta de los propios partidos partidos políticos respecto a sus candidaturas
Pese al discurso público inclusivo sobre la igualdad de género y los derechos de la mujer, enarbolado tanto por el Estado como por líderes y la dirigencia de los partidos políticos, en la práctica persiste un «histórico desplazamiento» de las mujeres de los más altos cargos y espacios de toma de decisiones, quedando relegadas a posiciones menos influyentes o siendo directamente apartadas a las esferas sociales y culturales.
Así se desprende del informe «Participación política de las mujeres en Venezuela», elaborado y presentado este jueves 9 de marzo por el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), la ONG Voto Joven y el Observatorio Global de Comunicación y Democracia.
El estudio tomó a los propios partidos políticos, las elecciones para cargos dentro de la Asamblea Nacional, gobernaciones y alcaldías como objetivo de estudio. En el caso de organizaciones políticas, no existen dentro de sus estatutos disposiciones expresas o efectivas que establezcan cuotas paritarias en cuanto al género.
En el caso del parlamento 2020, las mujeres representan solo 33%. El número baja a 19% en cuanto a alcaldesas y disminuye aún más tratándose de gobernadoras (9%).
Esto ocurre por diversos factores, estimó Cristina Ciordia, coordinadora de incidencia de Cepaz. Ubicó los roles tradicionales de género, los estereotipos y actitudes discriminatorias hacia las mujeres en los espacios políticos y de poder, así como la violencia política, las barreras institucionales y normativas y la falta de oportunidades, dentro de estos muros contra una representación más inclusiva.
María Fernanda Madriz, investigadora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, resaltó que en el proceso electoral de 2021 «la cobertura fue abrumadoramente masculina», pues los medios amplificaron la propuesta de los propios partidos partidos políticos respecto a sus candidaturas.
Dentro de esa invisibilización de lo femenino en la cobertura electoral hacia candidatas, la excepción más importante fue la candidatura de la almiranta Carmen Mélendez, apoyada por el Gran Polo Patriótico (oficialismo) y quien resultó electa como alcaldesa de Libertador, en Caracas.
En todo caso, reiteró la investigadora, el patrón de subestimación hacia las mujeres se cumple. En cambio, en las campañas políticas se sobrevalora la figura femenina como elemento operativo u organizacional, mientras que en cargos medios e intermedios «fue abrumador». Pero esa presencia femenina para cargos estratégicos y de liderazgo no es igual.
En la investigación también se determinó que las mujeres replican los estereotipos sobre ellas mismas. Eso ocurrió de forma más evidente en entrevistas de candidatas, explicó Madriz, donde se observó una «homogenización de la visibilización de lo femenino, que tiende a descatar la erótica no muy visible (pestañas postizas, maquillaje, vestimenta), también de mujer emprendedora o masculinización de la gestión de mando en propuesta de mujeres».
La investigadora recordó que la tendencia mundial no está en replicar o tratar de parecerse a los hombres en las modalidades de liderazgo, «sino en nuestras propias maneras».
Mujeres operadoras, pocas veces líderes
En la presentación del informe, la dirigente de Primero Justicia Sandra Flores reconoció que las mujeres dentro de los espacios políticos presentan obstáculos y riesgos para desarrollar una carrera exitosa, especialmente aquellas que se identifican dentro del espectro opositor.
La también diputada destacó que los obstáculos principalmente se registran dentro del propio entorno participativo, debido a que «los partidos políticos, en su mayoría, son fundados y controlados por hombres, que imponen su visión de la política que en muchos casos es agresivo. Un político agresivo y no competente para ejercer un cargo».
A diferencia de esa agresividad en los actores políticos masculinos, la diputada resaltó que las mujeres -con contadas excepciones- se enfocan más en tender puentes, lograr acuerdos y no crear polarización.
También señaló que «por cultura, existen los roles, donde se le asigna a las mujeres la capacidad para organizar eventos, pero no se las ubica en roles estratégicos o de toma de decisiones (…) Por eso las mujeres terminan siendo adjuntas o asistentes de quien ocupa la posición de poder».
El activismo político de muchos hombres está sustentado en muchas mujeres que trabajan para él, afirmó Sandra Flores. «Eso termina cuando las mujeres dejen de ser subordinadas».
También destacó que algunas trabas para ocupar espacios políticos de poder son impuestos por las mismas mujeres y la sociedad. «Algunas mujeres sienten que no están preparadas para ocupar una posición. Si revisan los datos de la AN 2015, las mujeres tenían mayor preparación académica, las mujeres en muchos casos tienen un doctorado mientras que un hombre solo tiene título de bachiller; para los hombres no es un problema, pero para las mujeres sí».
La dirigente política comentó que para lograr cambios en estas esferas, las mujeres deben sentirse capaces para asumir responsabilidades, construir redes y trabajar en equipo, además de establecer alianzas con líderes políticos con enfoque de género internalizado. «Ubicar esos liderazgos para fortalecernos a nosotras y fortalecerlos a ellos».
Ir más allá de la cuota
Por su parte, Griselda Colina, directora del Observatorio y rectora suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE), destacó que se deben hacer cambios en materia normativa, visibilizar y no instrumentalizar la participación de las mujeres, al igual que dentro de los mismos partidos se exprese una verdadera voluntad de que las mujeres ocupen cargos de poder.
«Hay que ir más allá de la cuota. La mujer es más que una cuota», aseguró Colina, al tiempo que destacó que la clave femenina debe estar presente en la construcción de soluciones al conflicto político venezolano.
«Nos faltan voces femeninas, la democracia las necesita. Nos hace falta reconocerlas y apoyarlas», señaló.
Mientras que Wanda Cedeño, coordinadora nacional de Voto Joven, recordó que dentro del propio CNE hay deudas vinculadas a que la paridad de género sea una verdadera política de la institución, y no solo un requisito a cumplir en procesos electorales.
Resaltó que las jóvenes en política o espacios participativos sufren una doble discriminación: por ser mujer y por ser joven. «Las mujeres en partidos políticos se les presenta como muy capaces para gestionar, pero no para liderar, y a las jóvenes se les estanca en la supuesta inexperiencia».
Sin embargo, Cedeño comentó que desde 2019 son más las voces que insisten en lograr cambios en la representación política venezolana, «no como parte de una moda, sino que las mujeres sean incluidas efectivamente dentro del proceso de democratización del país».
«Por eso es necesario un llamado de acción, para creernos el juego de ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, eso pasa por un cambio de mentalidad y exigencia activa de la población que sean sostenibles en el tiempo», destacó la representante de Voto Joven.
También señaló que para 2025 es clave que la representación de mujeres jóvenes sea mayor. «Esto significa prepararse y entender las dinámicas electorales que pueden representar apertura».
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