• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro

Partir, por Fernando Rodríguez



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Fernando Rodríguez | diciembre 13, 2018

[email protected]


He escrito y leído muy pocas críticas sobre poesía y eso que no solo me he especializado en esta vida, «en generalidades» sino que he osado perpetrar algunos “versos” y tener el valor de publicarlos. La razón que me asalta la mente al respecto es que en general he leído críticas que son poesías sobre poesías. Y en el caso de la poesía hermética, de la del anverso de la palabra, más del símbolo que del referente me topo que se multiplican exactamente por dos las dificultades de lectura y termino empalagado de la excesiva ración de efluvios de lo sublime (inalcanzable para Kant) y más confuso con el sentido buscado. O, por el contrario, cuando se trata reducirlas a teoremas matemáticos, vía cálculos estructurales o acertijos lacanianos. Hay un punto medio que sí ayuda, a veces incluso una frase o un adjetivo sensato, que contribuye a poner en un camino prosaico el desbordante caudal lírico. Por aquí cerca, Paz, Octavio y Sucre, Guillermo.

Un amigo mío poeta llegó a una simple, aguda y algo chata estética poética que a mí me gusta recordar y que dice que la poesía que vale es la que dice algo, la que tiene buena cantidad de prosa. Nicanor Parra o los polacos a su gusto y en parte el mío. Punto. Me pasa con Alejandro Sebastiani es que me inquieta por que el decir de mi sobrino es bastante enredado, pero a mí me gusta sobremanera, tanto, que juro que va a ser uno de los grandes. (Explico lo de sobrino, para evitar prejuicios nepóticos, que no tiene que ver nada con los italianos, que en este momento detesto bastante porque les ha dado por volver a Mussolini, sino por una razón algo teocrática: Armando Rojas Guardia dice que Alejandro es su hijo y yo soy su hermano mayor, luego soy tío de aquel. Punto.)

Alejandro dice de una manera muy suya, tan suya que no encuentro con que cotejarla. No me vengan con postráfico y otras pistoladas. Yo voy a mentar una categoría hermenéutica (¡olé!) que llamaré medio-decir. Por ejemplo hay poemas que uno comienza a leer con una cierta coherencia conceptual, cierta digo, y unidad temática, cierta digo también, y de repente hay un cambio inesperado e inexplicable y se acabó la placidez lectora (le plaisir barthiano), lo cual suele pasar si a ver vamos muy a menudo desde el romanticismo en delante en la poesía del planeta.

*Lea también: Entrevista de la BBC a Elías Jaua: no sabe, no responde, por Ariadna García

Pero aquí el libro no va a parar al purgatorio de lo postergado sino que uno se empeña en ver el nexo escamoteado, hasta que se da cuenta de que el autor está convencido de que los tales nexos no prexisten en poesía, sino son azar, consonancias arbitrarias, deambular para alentar encuentros, palabras que se reconocen sin haberse conocido y dale palante a ver si llegamos cerca del puerto perdido de la poesía, que casi todo partir es o llegar muy pronto o no llegar nunca. Es un gran riesgo y cuando se logra un verdadero laudo. Este libro es uno. ¿Se entiende? Seguro que no.

Y el otro ejemplo. La forma. El poeta debe saber más de poesía y refinamiento poético que muchos ilustrados académicos. Pero su lenguaje es más bien severo, parco, a veces rudo, cotidiano. Yo creo que si le aplicamos la categoría hermenéutica ya aludida sirve. Y me parece, la sociología cuenta a veces, porque no puede ni quiere deshacerse de la retórica de Candelaria, parroquia popular caraqueña, que es parte suya, añadida a su ADN itálico. Y sí se puede mezclar con Rilke, pero de tú a tú, sin que se vea demasiado, ni lo uno ni lo otro. Y eso la hace voz única.

Súmele una especie de exceso de aventurerismo, asfixiante y apasionante, que le provoca hasta inventar nuevos idiomas, pegar malandrismos con extranjerismos, pinturas (también pinta) astrosas con interrogantes sin respuestas, que son las buenas. Al autor no le gusta el refinamiento excesivo tampoco la vulgaridad, da clases de Pound pero a menudo dice coño. Supongo que no escribir como nadie es ser poeta, porque el decir auténtico es cosa de inventores de trabalenguas metafísico, bastante poco útiles para existir amablemente a decir verdad. He aquí uno, muy consciente de ello.

El tema del libro es, Partir. Sea. Pero viajar en un sentido poco usual. Ni siquiera el de Ítaca. Acaso el de trasladarse, ir y venir, vivir y morir

Alejandro Sebastiani Verlezza. Partir. Oscar Todmann. Caracas, 2018.

Post Views: 4.666
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Fernando RodríguezOpinión


  • Noticias relacionadas

    • Repensar el bienestar desde lo posible (Parte II), por Omar Ávila
      noviembre 4, 2025
    • América Latina: De Chávez a Milei, por Fernando Mires
      noviembre 4, 2025
    • La evolución de las especies, por Tulio Ramírez
      noviembre 3, 2025
    • Cuando las ideas conquistan, pero los partidos alejan, por Latinoamérica21
      noviembre 3, 2025
    • Parlamentemos con el treinta y siete, por Gisela Ortega
      noviembre 3, 2025

  • Noticias recientes

    • Repensar el bienestar desde lo posible (Parte II), por Omar Ávila
    • América Latina: De Chávez a Milei, por Fernando Mires
    • "Silencio por diseño": la represión a la palabra genera una olla de presión social
    • Familia de Antonio Sequea denuncia aislamiento en El Rodeo I: Está desnudo y esposado
    • Venezuela rechaza 14,5 millones de euros en ayuda humanitara de la UE: Eso es corrupción

También te puede interesar

Teodoro, por Humberto García Larralde
noviembre 2, 2025
La ansiada media vuelta, por Gregorio Salazar
noviembre 2, 2025
La nacionalidad no se quita, por Stalin González
noviembre 2, 2025
Sanz, el pensamiento como poder (I), Simón García
noviembre 2, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • "Silencio por diseño": la represión a la palabra...
      noviembre 3, 2025
    • Familia de Antonio Sequea denuncia aislamiento en El Rodeo...
      noviembre 3, 2025
    • Venezuela rechaza 14,5 millones de euros en ayuda humanitara...
      noviembre 3, 2025

  • A Fondo

    • Informe CIDH: radiografía del escenario represor contra...
      noviembre 3, 2025
    • Chavismo afina clima de censura y miedo con nuevas...
      noviembre 2, 2025
    • Represión y control ata de manos a gremios: ¿cómo...
      noviembre 2, 2025

  • Opinión

    • Repensar el bienestar desde lo posible (Parte II),...
      noviembre 4, 2025
    • América Latina: De Chávez a Milei, por Fernando Mires
      noviembre 4, 2025
    • La evolución de las especies, por Tulio Ramírez
      noviembre 3, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
Presione enter para comenzar su búsqueda