Pdvsa limpia solo «por encimita» sus derrames en los parques nacionales (II)
En los parques nacionales, Pdvsa limpia mas no sanea los suelos ni las aguas tras el petróleo derramado. Salvo una sola aparición en 2020 del Ministerio de Ambiente en Tucacas, estado Falcón, no ha habido un plan continuo de recuperación de la zonas afectadas por las constantes fugas de crudo
Contener, recoger, limpiar, sanear y recuperar son las acciones básicas que toda empresa petrolera debe acometer al momento de un derrame de hidrocarburos. En Venezuela, un país aquejado por continuas fugas de crudo, el retraso de Pdvsa para contenerlas y la falta de saneamiento en las áreas afectadas son la constante, incluso en los parques nacionales y zonas protegidas.
En agosto de 2020, ocurrió en el estado Falcón uno de los derrames petroleros de mayor dimensión en el país. La fuga provino de la refinería El Palito, en el estado Carabobo. Ambos estados se encuentran ubicados al norte de Venezuela y comparten el Parque Nacional Morrocoy, uno de los ecosistemas marinos más diversos del país.
De acuerdo con las imágenes satelitales provistas por grupos ambientalistas e informaciones de distintos organismos incluida Petróleos de Venezuela (Pdvsa), los residuos de crudo fueron trasladados por el viento y las corrientes a diversos puntos de la costa venezolana, pudiéndose evidenciar su presencia en más de cuatro kilómetros de costa desde el Golfo Triste, en al menos siete de los 13 cayos del Parque Nacional Morrocoy, afectando manglares y arrecifes coralinos; así como al Refugio de Fauna Silvestre de Cuare ubicado en la costa oriental de Falcón, un Área Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae) adonde pudieron haber llegado partículas de hidrocarburos.
La costa de Golfo Triste (Carabobo y Falcón), el Parque Nacional Morrocoy (Falcón) y las playas de El Palito (Carabobo), se han visto afectadas por continuos derrames de crudo que provienen de las refinerías Amuay, Cardón y El Palito, sin que Pdvsa asuma la responsabilidad socioambiental que por ley corresponde. Hasta ahora -por cierto- ningún organismo contralor en Venezuela, como la Fiscalía General en materia ambiental, ha abierto investigaciones sobre lo ocurrido en agosto pasado para determinar responsabilidades.
*Leer también: En Zulia el petróleo ya no sale en barriles pero sí brota en calles y playas (I)
Lo que si es evidente hasta la fecha, es el retraso de Pdvsa para atender las emergencias, lo cual quedó demostrado con la fuga de crudo en Falcón cuando la empresa comenzó las labores casi dos semanas después de observarse las primeras manchas de hidrocarburo.
«Un plan de grandes inversiones se ejecutaba en Pdvsa en la década de los 90 para las contingencias y atender así los incidentes en tiempo real, ahora prácticamente se hace una semana después. Pdvsa tenía hasta helicópteros para visualizar dónde estaban los derrames, la respuesta tiene que ser inmediata», recalcó Ausberto Quero, directivo de la Fundación Vida Verde (Funvive).
Sostuvo que la petrolera venezolana debe actualizar sus sistemas de detección de este tipo de incidentes. «Pdvsa tiene que actualizarse en sus sistemas digitales, logística e identificación de problemas. Hay mecanismos o equipos sensibles o con sensores que con ayuda de una aplicación, incluso pueden avisar en tiempo real enviando un mensaje a los teléfonos de los trabajadores o funcionarios».
De acuerdo a las imágenes satelitales, las filtraciones observadas surgen desde las instalaciones de la refinería El Palito, muchas de ellas de las llamadas fosas de oxidación, las cuales según lo informado por Pdvsa se desbordan debido a las intensas lluvias. Sin embargo, en la zona no ha llovido en los últimos meses y ha habido igual derrames.
«El plan nacional de contingencia está desactivado, ya que lo primero que se hace cuando hay una fuga ya sea por accidente, mala operatividad o impericia humana es contenerla de manera inmediata. Recordemos que los canales de drenaje de control de lluvias en las refinerías, es por donde al parecer salen los desechos petrolizados, pues entonces la contención primaria debe hacerse en las zonas cercanas a la propia refinería», afirmó la bióloga Cristina Fiol, consultora ambiental.
Explicó que los planes de contingencia deben renovarse cada cierto tiempo, practicarse y entrenarse para la ejecución de este tipo de procesos. «Existen unos atlas de sensibilidad realizados por diversos equipos y la propia Pdvsa, los cuales muestran la zonas más sensibles del país y con ellas se pueden determinar (si se sabe cómo son las corrientes, los vientos y la temperatura) para dónde va el derrame y así saber cuál metodología utilizar».
La industria petrolera venezolana muestra desde hace varios años un declive en su producción, a consecuencia de las menores inversiones para el mantenimiento de su infraestructura y por el desvío de recursos hacia hechos irregulares o corrupción; además de fallas en la gerencia y el impacto de las sanciones de Estados Unidos. Por lo que para muchos, si se fracasó en la meta principal de producir petróleo, pues poco se hizo en materia ambiental.
Heridas que no sanan
Además del retraso en atender los derrames, otro de los problemas de la petrolera estatal es la falta de saneamiento de las áreas afectadas por los hidrocarburos.
Hasta ahora, tanto Pdvsa como el Ministerio del Ambiente hacen limpieza de las aguas o suelos, es decir, recogen el crudo, pero hasta ahí. Ausberto Quero resaltó que la norma ambiental establece la obligatoriedad de ejecutar planes para sanear y recuperar una zona impactada por petróleo. Señaló que cuando se recolecta el hidrocarburo, se piensa que ya la zona está saneada, pero no es así.
Entre otras cosas, se deben tomar muestras de suelo, de las aguas y de los microorganismos para evaluar la afectación; y hasta del propio crudo que también puede ser recuperado para su refinación.
«En el caso de Tucacas se recogió el crudo pero no se está haciendo saneamiento. Hay dos formas de eliminar ese crudo, recogerlo y hacer un tratamiento in situ aplicándole técnicas de biorremediación con bacterias y fertilizantes nitrogenados, o llevarlo a un centro de manejo (áreas autorizadas para tratamiento)», explicó Quero.
La biorremediación (o remediación biológica) se llama a cualquier proceso biotecnológico que utilice microorganismos, hongos, plantas o las enzimas derivadas de ellos para recuperar un medio ambiente alterado por contaminantes a su condición natural. Con los actuales recursos de Pdvsa, parece poco probable que ejecute este tipo de mecanismos, a pesar de ser una operación sencilla, de bajos requerimientos y más económica que todas las otras estrategias posibles.
«Pero eso trae implicaciones porque sino se conoce bien el ecosistema, esas bacterias pueden hacer otro daño. Se debe asegurar que esas bacterias se van a morir, deben proliferar en el momento que se necesita para que degrade el hidrocarburo y luego desaparezcan, porque si no, consumen oxigeno y matan los microorganismos existentes», explicó Cristina Fiol.
A su juicio, es importante conocer la metodología y si ha sido utilizada la técnica escogida en un sitio similar al ecosistema de Morrocoy, además de presentar los resultados de esos procesos anteriores para evaluar la posibilidad de éxito.
«La restauración o rehabilitación ecológica trata de que el ecosistema llegue tan cerca a lo que estaba antes, pero nunca será igual», acotó Fiol.
Hasta ahora, se conoce que el Ministerio del Ambiente ejecutó un plan de saneamiento en el Parque Nacional Morrocoy en conjunto con Inparques, Pdvsa y el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas). A finales de septiembre pasado, se conformaron equipos de trabajo para luego de recolectar 60 bolsas de desecho, «aplicar un programa de saneamiento y restauración con la aplicación de una primera dosis de fertilizante fórmula completa (15-15-15) hidrosoluble, usando asperjadoras de espalda en la zona previamente parcelada y suministrar suplemento nutricional que permita la regeneración paulatina del ecosistema manglar», según informó Inparques.
Pero los derrames continuaron. Nuevas imágenes satelitales del 19 de enero de 2021 dadas a conocer por el científico y coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar, Eduardo Klein, muestran la presencia de manchas presumiblemente de hidrocarburos en el Golfo de Venezuela, emanadas desde las refinerías Amuay y Cardón.
Para el 19ENE las refinerías de #Cardón y #Amuay #PDVSA siguen vertiendo aguas aceitosas al #GolfodeVenezuela.
Esto viene pasando desde hace meses, tal vez años, sin que haya ningún tipo de control pic.twitter.com/SJXNp5s8S8
— diodon histrix (@diodon321) January 20, 2021
No dice, nadie sabe
La falta de información por parte de Pdvsa sobre lo ocurrido con el derrame en Falcón y Carabobo se suma a la opacidad informativa y rendición de cuentas del chavismo en la última década. No obstante, conocer qué pasó en este caso, se convierte en una necesidad para las acciones a ejecutar en los procesos de saneamiento y recuperación de las áreas afectadas.
«Las organizaciones ambientales estamos a la espera de información. El gobierno dijo que tenían un estudio sobre la afectación del derrame y un muestreo, pero desde agosto hasta la fecha no ha aparecido ese informe. Nadie sabe nada, no hay un reporte conciso, Pdvsa nunca dio una explicación sobre el tipo de crudo que se había derramado sobre el Parque Nacional Morrocoy e incluso no da respuesta sobre los derrames que aun se observan desde la refinería El Palito y que eventualmente seguirán afectando a este parque nacional», apuntó Victoria González, de la Fundación Azul Ambientalista.
González dijo que lo hecho en Morrocoy por los organismos correspondientes fue «a simple vista» una limpieza dentro del ornato, limpiaron lo que era aparente y lo que se veía.
«Recordemos que el Parque Nacional Morrocoy tiene dos ecosistemas que conviven mutuamente: los bosques de manglares y los arrecifes coralinos. Los más afectados fueron los bosques de manglar porque retuvieron en su raíz el crudo y esto generó una asfixia del manglar. En consecuencia no puede hacer sus funciones de manera adecuada o normal, al igual que toda la fauna bentónica (estrellas de mar, ostras, almejas, pepinos de mar, entre otros), que está asociada al manglar y que genera un daño directo».
Explicó la integrante de la Fundación Azul Ambientalista que los procesos de limpieza deben ser distintos cuando se trata de agua y/o suelos. En el caso de un ecosistema tan delicado como Morrocoy, una vez que el hidrocarburo hace contacto con el agua se desfasa y una parte se va a fondo formando pequeñas bolas de alquitrán que dañan terriblemente a la fauna y flora ventilada (que es la que se encuentra en el lecho marino y cuya movilidad es muy poca o simplemente no tiene, como el caso de los corales, las esponjas, moluscos, crustáceos, entre otros).
Cristina Fiol coincide en que si pasa más tiempo sin recoger el desecho petrolizado, más difícil será recuperar el área afectada, ya que a veces se hace mas contaminante la fracción que se está degradando o diluyendo.
«Lo que se ha visto es una limpieza a las raíces y se colocan barreras para evitar que el petróleo llegue a los manglares; pero se hace muy tarde, la contención tiene que hacerse en la propia infraestructura de Pdvsa y en este caso en la refinería El Palito, cuando mucho unas millas náuticas más hacia el mar, pero no se debe dejar pasar mas de 48 horas», dijo.
Por otra parte, Fiol indicó que se debe tomar muestra de tejido de los peces, del manglar, del fondo marino, de la arena de las playas y de los sedimentos, para medir el nivel de toxicidad y para evaluar los posibles daños a la zona y a la población.
«Lamentablemente cuando se está recuperando la naturaleza por si sola o que surge lo que se llama la resilencia de los organismos o del ecosistema, llega otro derrame de crudo. El problema no es solo el derrame, es lo consecutivo o reiterativo, y esto tiene un impacto acumulativo muy grave», apuntó la bióloga.
Es por ello que las distintas organizaciones ambientales quieren hacer entender a la población venezolana del por qué hay tanta preocupación en esta materia, ya que se observa un efecto crónico de la contaminación y, lo cual cada vez se hace más difícil de recuperar. Sostienen que a partir de este martes 26 de enero, Día de la Educación Ambiental, se tome conciencia y prevén en el transcurso de este 2021 dar a conocer lo que sucede en materia ambiental en Venezuela, a través de la mano de varios acuerdos internacionales y convenciones mundiales.
Cronograma de derrames
Mayo 2010
La bahía de Amuaycito, cercana al Centro Refinador Paraguaná (CRP), en el estado Falcón, sufrió un derrame que afectó la labor de los pescadores. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Agosto 2012
Durante este mes ocurrió la mayor tragedia en Pdvsa: la explosión de la Refinería de Amuay en la que fallecieron al menos 47 personas y resultaron heridas unas 160. Causado por una fuga de gas no detectada, el desastre eliminó 11 tanques de almacenamiento de combustible y ocho grandes contenedores de gas. Muchas de las víctimas estaban durmiendo en un edificio de apartamentos adyacente o en el cuartel de la policía. Fueron necesarios cuatro días para apagar el fuego. Hubo derrames al mar por rebose de fosas de desechos.
Octubre 2014
El derrame se originó en la refinería Paraguaná. Pdvsa emitió un comunicado en el que aseguró que la fuga de crudo ocurrió porque «las torrenciales lluvias registradas en la península de Paraguaná generaron cambios en la dirección del viento». Un equipo del CRP se trasladó al sitio para inspeccionar el área y de manera inmediata activó el plan local de contingencia. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Febrero 2015
El derrame ocurrido en la Bahía de Amuay es procedente de la refinería del mismo nombre. El tanque de decantación de la refinería se desbordó por las fuertes lluvias y falta de mantenimiento. Se estima que alrededor de 200 mil barriles de crudo se derramaron.
Octubre 2017
Un derrame petrolero de 200 mil barriles originado en la refinería Amuay afectó a las costas cercanas a la planta petrolera. Pdvsa envió a un grupo de empleados para revisar los daños, pero no realizó la limpieza ni indemnizó a los pescadores por la pérdida de días de pesca.
Julio 2019
El derrame que llegó a las playas de Palma Sola, Carabobo ,se originó en la termoeléctrica Planta Centro y abarcó 30 kilómetros de costa entre los estados Carabobo y Falcón. La empresa no acudió a la zona afectada, solo pidió apoyo a las cuadrillas de mantenimiento de la Refinería El Palito que hicieron los trabajos de limpieza, con nueve personas, mientras esperaban la llegada de la maquinaria pesada para poder remover los desechos.
Septiembre 2019
Una filtración llegó a las playas de Punto Fijo, Falcón. Ninguna autoridad de Pdvsa se pronunció al respecto y no se realizaron las labores de limpieza. Se desconoce su origen. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Enero 2020
Una fuga de productos petroleros inició el año 2020 y contaminó gran parte de la playa El Palito, en Puerto Cabello, estado Carabobo. El hecho ocurrió cuando se rebasó la laguna de oxidación de la refinería El Palito.
De acuerdo con trabajadores de la zona cuyas declaraciones fueron publicadas por varios medios, el derrame ocurrió luego de que los técnicos terminaran trabajos en la planta de craqueo catalítico, que estuvo paralizada por más de un año y decidieron arrancarla, pero no se percataron de una fuga.
La planta se encarga de procesar de forma térmica los componentes petroleros a través de un proceso catalizador, propio de la refinación de crudo. Por eso la fuga presentada exigió extraer el componente viscoso que ya había dentro de ella. Al verter los componentes de la planta de craqueo catalítico en la laguna de oxidación, la misma se habría rebosado por el líquido residual y el cargamento habría caído directamente a la playa, lo que permite entender la notoria mancha que tiñó esa parte de la costa de un marrón viscoso, así como el fuerte olor químico ya común en los alrededores de esta playa de Carabobo. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Agosto 2020
Varias filtraciones de hidrocarburos ocurrieron los días 1, 9 y 10 de agosto en las costas del estado Falcón.
Un derrame de crudo reportado inicialmente por pescadores y habitantes de la costa en Falcón el 1° de agosto fue analizado por diversos expertos y activistas mediante el uso de imágenes satelitales, lo que permitió evidenciar que el mismo ocurrió entre el 19 y el 22 de julio de 2020 en las instalaciones de la refinería El Palito.
De acuerdo a las imágenes, a partir del 22 de julio se observó una mancha de 5,6 kilómetros de largo y 1,5 kilómetros de ancho en la zona de Morón, específicamente la refinería El Palito, esparciéndose hacia el océano. Para el 1° de agosto la mancha de hidrocarburo ya tenía una extensión aproximada de 12,5 km y se encontraba entre 1 y 2 km de la costa. Se estima que el volumen del derrame de hidrocarburo pudo ser entre 10 mil y 40 mil barriles de petróleo.
Los residuos de petróleo fueron trasladados por el viento y las corrientes a diversos puntos de la costa, pudiéndose evidenciar su presencia en más de 4 km de costa desde el Golfo Triste y en al menos siete de los 13 cayos del Parque Nacional Morrocoy, afectando manglares y arrecifes coralinos.
Septiembre 2020
Falcón vuelve a sufrir las consecuencias de un nuevo derrame petrolero en sus costas, esta vez en la región noroccidente. El derrame, de acuerdo con imágenes satelitales, estuvo más de un mes produciéndose desde la refinería Cardón y contaminó las aguas del Golfo de Venezuela, golfete de Coro y las costas entre Capatárida y Río Seco.
El 8 de septiembre se reportaron las primeras imágenes de la fuga, aparentemente vinculado al oleoducto que atraviesa el mar desde Río Seco hasta la refinería de Cardón. Las manchas de hidrocarburo fueron constantes frente a Río Seco durante todo el mes y se extendieron llevadas por la corriente hacia Zázarida y las costas de Capatárida.
Diputados y ambientalistas señalaron que de acuerdo a las imágenes satelitales del 4 de septiembre, permitieron entender que el derrame de hidrocarburos avistado por los pescadores el 8 de septiembre provino de un oleoducto submarino. Se presume que fueron afectados unos 13 kilómetros cuadrados de costa. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Octubre 2020
El 8 de octubre, Gabriel Cabrera, presidente de la Federación Nacional de Estudiantes de Derecho de Venezuela, denunció a través de Twitter que se registró un nuevo derrame petrolero en las playas cercanas al complejo refinador El Palito, en Carabobo.
Indicó que de acuerdo a testimonios de los trabajadores, el derrame se trataba de fueloil, un combustible del petróleo que se obtiene como residuo en la destilación fraccionada. De acuerdo con datos aportados, trabajadores de la zona fueron testigos del vertimiento de una sustancia que posiblemente sea petróleo en los 2 kilómetros de costas aledañas a esta refinería. Imágenes satelitales del jueves 22 de octubre demostraban que el derrame continuaba expandiéndose y superaba los 25 kilómetros.
Cabrera aseguró que tres meses antes también había ocurrido el vertimiento de este combustible en una parte de la costa de esa entidad y tal como en esa ocasión, no hubo ningún tipo de respuesta por parte de Pdvsa. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.
Noviembre 2020
A finales del mes, pescadores de Paraguaná, en Falcón, denunciaron un derrame de crudo de la tubería del oleoducto que lleva el combustible a las refinerías Amuay y Cardón.
Pescadores de Punta Cardón y Tiguadare indicaron que la tubería tenía un «gran chorro» de petróleo que se veía como grandes burbujas que salían del agua. Agregaron que la mancha llegó a superar los 2 Km de ancho, mientras que de largo sobrepasaba los límites visuales. No se dio información sobre el volumen de la fuga de crudo.