Pdvsa tiene un «año de gracia» para usar refinería Isla en Curazao
La refinería Isla en Curazao está desde 2018 teniendo dificultades con Pdvsa por la poca rentabilidad que ésta genera en las instalaciones, aunada a las sanciones de EEUU y la búsqueda de ConocoPhillips de recuperar su inversión
Un portavoz de la Refineria di Koursou (RdK), la estatal petrolera de Curazao, informó este domingo que Petróleos de Venezuela podrá operar las instalaciones en la isla caribeña por un año más como una especie de «transición», mientras se consigue un nueva compañía para alquilar los servicios de refinación para 335.000 barriles diarios.
Según la agencia Reuters, RdK había iniciado conversaciones en septiembre con Klesch Group, un conglomerado de productos industriales que tiene oficinas en Londres y Ginebra, que actualmente opera la refinería Heide en Hamburgo, Alemania.
Entonces, un comunicado de la refinería recalcaba que “las negociaciones se llevarán a cabo durante los próximos 3 meses con la intención de llegar a acuerdos a más tardar en noviembre de 2019”.
La licencia extendida a la administración que preside Nicolás Maduro, se dio luego de una reunión que sostuviera el presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo, para discutir los acuerdos de la «transición», permite a la compañía generar los ingresos necesarios para mantener las operaciones de refinación y pagar a los trabajadores, pero no generar ganancias.
Los problemas políticos y económicos de Venezuela han significado una gran disminución de envíos de crudo para la refinería, que tradicionalmente ha sido una fuente importante de combustible para la industria local.
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Desde mayo de 2018 se evidencia la crisis de Pdvsa respecto a la refinería Isla en Curazao, luego de que la trasnacional estadounidense ConocoPhillips amenazara con el embargo de los cargamentos de crudo para reabastecer las instalaciones.
La empresa estadounidense es una de las acreedoras de Pdvsa y que amenaza con apropiarse de activos de Citgo para cobrar una deuda de 2.000 millones de dólares por expropiación de sus activos en el país.
Para la estatal venezolana, salir de la refinería curazoleña es un «duro golpe» tras el desplome de su producción en más de un 50% desde 2016 debido a la falta de inversión, mala gestión y más recientemente por las sanciones de Estados Unidos que buscan presionar la salida del poder del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.