Pensamiento mágico, por Simón Boccanegra
¿Recuerdan aquello que se llamó pomposamente Plan Nacional de Alfabetización? Revolución que se respeta tiene que tener un plan de alfabetización, de lo contrario no es revolución. La de Chávez, hace unos meses, lo anunció. Se hizo un tronco de acto en el Teresa Carreño, para juramentar a las brigadas alfabetizadoras y hasta ahí llegó todo. No hay un solo analfabeta que deba agradecer a la «revolución» el haber salido de las tinieblas de la ignorancia. Ahora se anuncia el relanzamiento del plan, con nuevo acto incluido. ¿Y de las «granjas integrales»? ¿Puede alguien informar dónde hay alguna funcionando? ¿Y los Saraos, aquellas comunas o kibbutzim, que constituyen la piedra filosofal de las nuevas formas de organización social en el campo? Parece que hay uno por Barlovento y otro en Puerto Nutrias. ¿Con lo del parque en el aeropuerto de La Carlota irá a ocurrir algo parecido a lo de los planes maravillosos de Vargas? Hugo es portador de una variante delirante del pensamiento mágico. Cree que es suficiente conque un proyecto salga de su cacumen para que, ipso facto, quede realizado, sin más trámites.