Pérez Jiménez divide al gobierno, por Simón Boccanegra
A propósito del fallecimiento del ex dictador Marcos Pérez Jiménez, en el gobierno nuevamente chocaron Dávila y Miquilena. Los avisos de pésame de los ministerios de Interior y de Relaciones Exteriores, colocados uno sobre el otro, no pudieron ser más expresivos. Mientras el primero expresaba secamente «sus más sentidas palabras de condolencia a los familiares y amigos de Marcos Pérez Jiménez por su fallecimiento», el segundo, obsequiosamente, participó el fallecimiento «del Ex-Presidente de la República General de División (Ej) Marcos Evangelista Pérez Jiménez (Q.E.P.D.)», haciendo llegar «a su esposa, hijos y demás familiares sus más sentidas palabras de condolencia y solidaridad en tan luctuoso momento». Dos vidas vividas, dos ópticas. Mal puede Miquilena, quien pasó siete años preso, después de haber sido espantosamente torturado, sentir por el tiranuelo de Michelena el mismo aprecio que evidencia el coronel Dávila. Ente tanto, Hugo, quien últimamente no le toca el rabo a perros que no conoce, guardó un prudente silencio.