Petro reforma monetaria, por Víctor Álvarez R.
En Venezuela, el billete de más alta denominación es de 50 mil bolívares y equivale a menos de un dólar. La hiperinflación se comió el poder de compra del bolívar que ya no puede cumplir con las funciones básicas de una moneda como son las de servir de unidad de cuenta para medir los precios, medio de pago en las operaciones de compra-venta y reserva de valor para los ahorros.
Como el bolívar soberano no funciona, el gobierno intenta ahora abrirle camino al Petro como nueva moneda nacional. Por eso exige el pago en Petros de impuestos, tasas y contribuciones para los trámites en:
- Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI).
- Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren).
- Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime.
- Instituto Nacional de Canalizaciones (INC).
- Bolivariana de Puertos (Bolipuertos).
- Bolivariana de Aeropuertos (BAER).
- Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC).
- Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).
El gobierno también anunció que comenzará a pagar en petros los beneficios laborales y las prestaciones sociales. De hecho, en diciembre puso en marcha un ensayo y obligó a los comercios con puntos de venta del Banco de Venezuela a aceptar pagos en petros para que jubilados y pensionados hicieran uso del petroaguinaldo que consistió en un regalo de ½ Petro, equivalente a $ 30.
Si bien la operación se registraba en el punto de venta en petros, al final el comercio recibía bolívares que de inmediato destinaba a la compra de divisas, generando así una demanda que presionó al alza el dólar paralelo.
El gobierno también exigirá el uso del Petro en las transacciones internacionales de Pdvsa y empresas públicas. A los contratistas les obliga a recibir una parte de sus pagos en Petros que luego estos tienen que vender con considerables descuentos para convertirlos en dólares y así poder pagar a sus proveedores privados que se niegan a recibirles los Petros que previamente les ha pagado el gobierno.
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A la luz de estos hechos está en marcha una petro-reforma monetaria para sustituir a un bolívar que definitivamente ya no funciona como moneda nacional. Ahora bien, el gobierno podrá ampliar los usos del petro obligando a pagar en esta moneda digital las tarifas, tasas e impuestos porque ejerce el monopolio sobre los servicios públicos asociados a estos pagos, pero lo que no puede hacer es obligar a los compradores extranjeros de petróleo y minerales venezolanos –que tienen otras alternativas en el mercado internacional–, a cancelar sus pagos en petros.
Al imponer funciones de medio de pago a una moneda digital difícil de usar, el propio gobierno erosiona la credibilidad del Petro y sabotea su aceptación como nuevo signo monetario nacional.