Pide cupo en las FARC, por Simón Boccanegra
En el tema de las FARC, Chacumbele está en arenas movedizas. Mientras más se menea más se hunde. Las últimas cosas que ha soltado denuncian un descocamiento total. Hace nos días justificó la matanza de Cararabo porque «nosotros» (es decir, militares venezolanos) incursionábamos en Colombia y, concluyó, filosóficamente,»guerra es guerra». Aparte de que es falso que alguna vez hayan tenido lugar combates entre soldados venezolanos y faracos o elenos en territorio del país vecino, aún si hubiere sido cierto, ¿en la guerra se justifica degollar a los vencidos, utilizando ese monstruoso expediente de lo que llaman en el argot delictivo colombiano «el corte de franela»? ¿Qué clase de comandante en jefe de la FAN es éste tipo que en 2004, después que los faracos mataron a cuatro guardias nacionales y a una ingeniera venezolana, en suelo venezolano, ordenó echarles plomo, ahora los justifica porque «guerra es guerra»? ¿Qué clase de comandante en jefe es quien dice estar en desacuerdo con los secuestros, justificándolos, sin embargo, al calificar a los rehenes de «prisioneros de guerra»? ¿En que batalla fueron hechas prisioneras Doña Clara y Doña Consuelo? ¿En que batalla fue hecha prisionera Ingrid Betancourt? ¡Carajo, Chávez un poquito de sindéresis, por favor! Ahora salió con esa provocación realmente estúpida de que «Venezuela limita por el oeste con las Farc». Provocación frente a Colombia, pero, más grave aún, provocación frente a su propio país. ¿Por qué Chacumbele no satisface ese añejo complejo que carga, de no haberse atrevido a ser guerrillero en Venezuela, enrolándose de una vez en las Farc? Al menos tendría segura su ración de hojas de coca todas las mañanas.