…piedras trae, por Simón Boccanegra
Si alguien duda que en la Fuerza Armada hay mar de fondo no tiene sino que pasearse por la intensa rotación que se produce en sus cuadros superiores. En los últimos siete meses ha habido tres ministros de la Defensa: José Vicente, Lucas Rincón y el general Prieto. La cuarta república los rotaba anualmente. La quinta lo hace trimestralmente. Porque a Prieto como que le llegó también su sábado: por ahí anda el rumor de que podría ser sustituido por el coronel Luis Alfonso Dávila, si es que el empeño que éste tiene por defenestrar a David De Lima de la Gobernación de Anzoátegui no le parece más digno de su rango. En la Comandancia del Ejército también se cuecen habas. Tres comandantes en cinco meses: Vásquez Velasco, García Montoya y García Carneiro. Este último cambio produjo un daño colateral: López Hidalgo, prevenido al bate por su antigüedad, fue dejado en la banca y dicen que no es precisamente feliz que anda. A este minicronista no le sorprende lo que está pasando. Los mandos en las guardias pretorianas los decide la lealtad blindada al jefe máximo y no a la institución. Cualquier vacilación se paga con la destitución y el envío a las tinieblas exteriores.