Pinocho en apuros, por Simón Boccanegra
La blitzkriegamericano-británica en Irak está comenzando a tener efectos devastadores… para Bush y para Blair. El primer ministro británico ya entró en el tobogán que conduce a la pérdida del cargo. No sólo su aceptación en el público ha caído al 27% sino que el líder del Partido Conservador pidió ayer su dimisión. La renuncia de su vocero y chivo expiatorio, Campbell, difícilmente va a tranquilizar a los ingleses porque las inefables «armas de destrucción masiva» de Hussein, supuesta razón para la invasión, nada que aparecen. Los ingleses sienten cada vez con mayor disgusto que los embarcaron en una guerra con una mentirota. Ellos, que a diferencia de los americanos, estaban mayoritariamente en contra de la aventura, ahora quieren castigar a Pinocho Blair. Por el otro lado, desde que Bush anunció el fin de la guerra se han producido más bajas americanas que durante las operaciones bélicas.
¿Correrá George W. la suerte electoral de su padre?
Todavía es temprano para saberlo, pero es conocido el hecho de que la ética anglosajona perdona todo en sus gobernantes, excepto la mentira. Si no, que lo diga Nixon.