Piso 10: el lugar donde «ablandan» a los presos en el Sebin de Plaza Venezuela
Una joven que estuvo recluida en esa sede, asegura que el piso 10 es el «comité de bienvenida» para cualquier preso. Allí saben si saldrán «vivos o muertos»
“Esta es La Tumba, donde llegas con vida pero no sabes si sales vivo o muerto” fueron las primeras palabras que escuchó Eugenia* cuando ingresó en una camioneta, junto a un grupo de funcionarios, al estacionamiento de la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en plaza Venezuela. Su delito era conocer y haber dado alimentos y ropa a “guarimberos” en las protestas antigubernamentales.
El piso 10 del Sebin de Plaza Venezuela se convirtió en el foco de las interrogantes desde el 8 de octubre tras conocerse la muerte de Fernando Albán, concejal de Primero Justicia, quien se habría lanzado desde ese lugar, de acuerdo a la información ofrecida por el fiscal general designado por la ANC, Tarek William Saab.
Una vez en el sótano, Eugenia fue llevada directamente a los ascensores. Un funcionario y dos mujeres que describe como “custodios” ingresaron con ella. El ascensor, que sólo funciona con la activación de una tarjeta magnética, los llevó directamente al décimo piso. Lugar del que no salió sino hasta 48 horas después.
Al abrirse las puertas del ascensor del piso 10, la primera parada es un detector de metales custodiado por un funcionario que decide quién entra y quién no. Al pasarlo, se llega a un espacio abierto, con piso de porcelanato gris claro, con cuatro mesones largos de trabajo con computadoras. Otras personas que han estado en el piso lo describen como un lugar de oficinas al estilo bancario con salones amplios e iluminado.
Eugenia fue llevada inmediatamente al lado derecho, en la esquina inferior del piso, a lo que llama “el lugar de tortura” y “donde todo pasa”. Un espacio con mesas redondas de formica blanca. Por horas fue interrogada, le mostraban conversaciones telefónicas, audios, fotos y en una pizarra acrilica veía escrito los nombres de sus familiares, amigos y conocidos. Una y otra vez le pedían que diera la ubicación de algunos protestantes mientras la amenazaban con hacerle algo a su familia.
“Las primeras horas de los presos se pasan allí en el piso 10, es el comité de bienvenida, luego deciden si te liberan, llevan a La Tumba o al Helicoide” cuenta la entrevistada.
A Eugenia no la dejaron sola en ningún momento. Le permitían dormir en un sofá cama con una custodio a cada lado y si quería ir al baño debía ir acompañada. Un par de veces le permitieron fumar pero era guiada por un funcionario quien abría las ventanas por ella. Las mismas ventanas desde donde se habría lanzado Fernando Albán, según el gobierno.
Según Eugenia, las ventanas abren en efecto a 30 grados como informó Saab. Sin embargo, las recuerda más altas que en la foto que se mostró en rueda de prensa. Fumaba desde el espacio amplio con computadoras porque en el “lugar de tortura” los funcionarios le dijeron que las ventanas no abren.
Oficialmente, en el piso 10 del edificio del Sebin funcionan las oficinas administrativas de la Dirección de Contrainteligencia. Allí tiene su oficina el jefe de la dirección, el General José Gregorio Gómez Lárez, y su equipo de trabajo; según informó a Runrun.es un ex funcionario del Sebin.
Las personas entrevistadas para este reportaje describen el baño con un piso de granito negro y una suerte de “ventana que se comunica con otro baño pero no con la calle”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha denunciado las diversas torturas de las que son víctimas los presos en la sede del Sebin. Especialmente en uno de los sótanos, cinco pisos bajo tierra, conocido como La Tumba. “Aislamiento prolongado sin contacto con otras personas, en un espacio confinado de 2×3 metros, con cámaras de vídeo y micrófonos en cada una de sus celdas, sin acceso a la luz del sol o al aire libre” escribe el CIDH describiendo el lugar en un documento de fecha 2 de marzo de 2015.
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