Pizarro alerta que el hambre en Venezuela impulsa la prostitución por comida
El comisionado para la ONU Miguel Pizarro advirtió que otra de las realidades que vive la ciudadanía producto del recrudecimiento de la crisis alimentaria es el trabajo exclavista y el tráfico de seres humanos
Miguel Pizarro, comisionado para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designado por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, quien es reconocido por más de 50 países como mandatario encargado de la nación, advirtió que el recrudecimiento de la inseguridad alimentaria en el país impulsa el sexo transaccional por alimentos.
En entrevista a En Conexión apuntó que de acuerdo a cifras develadas por el Programa Mundial de Alimentos nueve millones de personas están bajo condiciones de inseguridad alimentarias. Señaló que esto se traduce a que uno de cada tres venezolanos reduce la cantidad de alimentos o sustituye la comida con otra forma de nutrientes.
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«Es decir, no come proteína y mantiene los carbohidratos, recicla de la basura o de los supermercados o peor aún viviendo de una condición de transacción por comida», dijo.
El representante de Guaidó ante la ONU enfatizó que en Venezuela comienzan a ocurrir fenómenos no vistos antes como el sexo transaccional por comida. De acuerdo a lo señalado por Pizarro, se trata de familias que han reducido su dignidad y pasaron a ser sometidas a transar su cuerpo para cubrir las necesidades de alimentación.
Pizarro precisó que eso se ha reportado en mayor medida en estados como Apure, Delta Amacuro, Amazonas y Bolívar. Explicó en la últimas semanas han intentado explicar a los funcionarios de la ONU el impacto diferencial de la emergencia humanitaria compleja en niñas y mujeres.
Alertó que otra de las realidades que vive la ciudadanía producto del recrudecimiento de la crisis alimentaria es el trabajo exclavista y el tráfico de seres humanos. El comisionado ante la ONU designado por Juan Guaidó detalló que la movilización de personas de ciudades grandes a zonas mineras, que en principio podría haber parecido normal, ahora se ha vuelto caldo de cultivo para secuestros, pues hay casos de personas que una vez que entran no vuelven a salir.
Expuso que hay pueblos que han sido tomados por grupos relacionados a la actividad minera en los que al llegar toma control como una forma de paraestado en el que la justicia no es la justicia del país y se obliga a comunidades a trabajar a cambio de servicios, tratamientos médicos o comida.
«No se les permite ningún ingreso, sino comida. En esta misma dinámica se hacen muchas ofertas de trabajo engañosa. Todo esto ha abierto la compuerta al trafico de seres humanos», agregó.
Al preguntársele sobre las razones a las que atribuía la inacción del gobierno de Nicolás Maduro consideró que este se beneficia de estas actividades pues la economía ilegal le permite tener discrecionalidad sobre, por ejemplo, lo que hace con el oro venezolano.
Citó a organizaciones no gubernamentales como Transparencia Venezuela para afirmar que se estima que de todo lo que se explota solo 10 % figura dentro de las finanzas formales de la economía.