Plan de Respuesta Humanitaria para Venezuela solo ha recaudado 20% de lo necesario
La emergencia humanitaria venezolana compite con emergencias como la de Sudán del Sur, la de Siria, la del Liberia (donde está el ébola) y que, desde el punto de vista de las urgencias son más complejas
Luna Perdomo | Luisa Quintero
Naciones Unidas tiene el foco puesto en la emergencia humanitaria venezolana, al igual que la migración que ha dejado la crisis económica, política y social y ha arrojado a más de 4.5 millones de personas por América Latina, Estados Unidos y Europa.
Para hacer frente a esta situación, la ONU publicó en agosto de 2019 el Plan de Respuesta Humanitaria, una herramienta para la atención de 2.6 millones de venezolanos identificados por sus distintas agencias como la población que requiere asistencia, aunque el mismo organismo ha estimado que siete millones de venezolanos están bajo esa categoría.
Desde entonces, la organización ha presionado a donantes internacionales y países para recolectar 223 millones de dólares, que servirán para la atención de estos venezolanos en temas como acceso al agua, medicinas, recibir asistencia alimentaria; además de fortalecer la coordinación humanitaria en el interior del país.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas reconoció que hasta el 6 de octubre apenas han podido recolectar el 14% del monto necesario para cumplir todas las áreas del Plan de Respuesta Humanitaria que atiende la crisis en Venezuela.
El director general de la organización no gubernamental Convite, Luis Francisco Cabezas, señaló que hasta la fecha «solo se ha recaudado 20% del total que se necesitaba para los últimos seis meses del año».
Asimismo, Cabezas detalla que quienes han recaudado esta cifra son las propias agencias de Naciones Unidas: El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y asegura que «son contadísimas las ONG que tienen proyectos en marcha con recursos del plan de respuesta humanitaria».
«Son muy pocas. Si llegan a tres son muchas porque, fundamentalmente, la mayoría de los recursos quienes los están ejecutando son las propias agencias de la ONU», especifica Luis Cabezas sin detallar cuáles son.
Una de las dificultades que el coordinador de Convite le observa a este Plan de Respuesta Humanitaria es que «salió en una época del año muy complicada porque los fondos humanitarios se suelen asignar los primeros meses del año. Este salió en julio, cuando los países ya habían asignado los recursos a las emergencias humanitarias del mundo». Del mismo modo, Luis Francisco Cabezas subraya que los venezolanos deben entender que «la emergencia de Venezuela no es la más grave».
Otras ONG han dicho que han dicho que este plan es insuficiente y tiene serias debilidades que deben ser corregidas por la ONU para poder garantizar una verdadera atención a toda la población que requiere asistencia.
La emergencia humanitaria venezolana compite con emergencias como la de Sudán del Sur, la de Siria, la del Liberia (donde está el ébola) y que, desde el punto de vista de las urgencias son más complejas; lo que hace que los donantes pongan la mirada más en aquellas que en la de Venezuela.
Por el motivo económico, el representante de Convite considera que «el plan de ayuda humanitaria de estos primeros seis meses no se va a ejecutar porque solo quedan noviembre y diciembre».
Por otra parte, Cabezas explica que la mayoría de los fondos recogidos internacionalmente para la emergencia venezolana están más enfocados en atender a los migrantes que a quienes permanecen en su país y, sugiere (a las ONG) para el próximo año: «Seguir denunciando, haciendo visible la situación, para que el plan 2020 tenga un mayor interés por parte de los donantes en atender esta emergencia humanitaria».
Otra de las dificultades que Cabezas identifica radica en que muchos de los donantes “ven con escepticismo la situación de Venezuela porque es fundamentalmente política; en cambio, no es así cuando son emergencias por desastres naturales o guerras, donde actúan de manera más rápida. Cuando son conflictos políticos son más cautelosos”, advierte.
El director de Convite cree que el total del dinero recolectado para atender la emergencia humanitaria compleja de Venezuela hasta ahora se ha destinado solamente en la instalación del equipo humanitario en el país. “Es muy poco de ese dinero el que se ha traducido en ayuda directa y no estoy diciendo que eso sea malo porque la instalación (del equipo) era necesaria”.
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Atender 120 ancianatos
El proyecto que tiene la organización Convite dentro del plan de ayuda humanitaria tiene que ver con la dotación de colchones y plantas eléctricas a 120 ancianatos de todo el país. «Este plan tiene un costo de alrededor de un millón de dólares; sin embargo, a la fecha no contamos ni con un centavo de ese proyecto», recalca Luis Francisco Cabezas.
A las 74 organizaciones que tienen proyectos en el Plan de Ayuda Humanitaria, el director de Convite les recomienda actualizarlos y poner la mirada en lo que será el plan 2020; así como comenzar a tocar otras puertas como visitar sedes diplomáticas de algunos países para presentar el proyecto y buscar donantes.
“El 20 de noviembre iré a Bogotá (Colombia) a presentar en algunos donantes la situación de las personas mayores en Venezuela para sensibilizarlos a que puedan destinar fondos para un plan de respuesta humanitaria enfocado en ellas”, revela Convite, mientras acentúa que no se puede esperar que Naciones Unidas levante todos los fondos.
La ONG espera atender a 1.200 personas en 120 ancianatos, “parecieran pocas, pero son todas absolutamente vulnerables”, afirma Luis Francisco Cabezas al detallar que esta población está siendo abandonada en estas casas para ancianos sin ningún tipo de ayuda, aunado a que la mayoría de estos pertenecen a congregaciones religiosas y viven de la caridad; por lo que están atravesando situaciones muy complicadas.
Además, Convite hace entrega de medicinas a través de una alianza con Acción Solidaria, que a su vez tiene relación con laboratorios del exterior y con la Organización Panamericana de la Salud, sin recibir recursos financieros, pero sí insumos para desarrollar labores humanitarias.
Aunque Convite fundamentalmente trabaja con adultos mayores, también se ha enfocado en el resto de la población con su programa de acción humanitaria a través de la provisión de medicinas para la diabetes y la hipertensión.
“De la OPS recibimos kits interagenciales, que son una especie de cajas que traen insumos básicos como ibuprofeno, parecetamol, algunas pastillas para la hipertensión, soluciones, gasas y con eso hacemos operativos: una provisión la llevamos a los ancianatos y a hospitales psiquiátricos y las medicinas las distribuimos en jornadas; fundamentalmente medicamentos que son de las principales causas de morbilidad del venezolano”, explica Cabezas.
En lo que va de 2019, Convite ha atendido, aproximadamente, a unas 10.000 personas con sus jornadas. Además, todos los jueves en Caracas y Barquisimeto atienden más de 80 personas, a quienes se les hace entrega de medicamentos.
Visita de Lowcock: un detonante
El director general de Convite considera que la visita de Mark Lowcock, secretario general adjunto de la Oficinas de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, “puede ser un detonante para que los donantes comprenda la gravedad de nuestra emergencia y sobre todo que está escalando”.
Del mismo modo, sostiene que la visita e informe de Lowcock es un espaldarazo para las organizaciones no gubernamentales a quienes se les ha acusado de “amarillistas” y de “falsear información” porque con sus declaraciones respalda el trabajo de estas instituciones humanitarias.
“A Lowcock nos enfocamos en hacerle ver el escalamiento de la emergencia, sobre todo en las personas mayores, le entregamos resultados de un estudio que hicimos en septiembre de levantamiento rápido de necesidades humanitarias realizado con la organización HelpAge y le hicimos saber las preocupaciones con respecto a los riesgos y peligros que enfrentamos las ONG que hacemos labor humanitaria frente al acoso de las fuerzas militares, policiales, colectivos, UBCH (Unidades de Batalla Bolívar – Chávez) y consejos comunales en algunas comunidades”, dijo Luis Francisco Cabezas, quien participó en una reunión con el enviado de la ONU.
Igualmente, a Mark Lowcock le informaron las limitaciones que tienen para circular por el país, así como los incidentes con las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana al transportar medicamentos a algunas localidades del país.
Lowcock captó el mensaje y en su declaración posterior a su visita a Venezuela, dijo que pudo ver una situación que continúa deteriorándose mientras «mujeres, los hombres, los niños y las niñas comunes se enfrentan cada día a retos abrumadores para sobrevivir», al no tener acceso al mínimo de alimentos, agua y atención médica.
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El secretario general de Asuntos Humanitarios reiteró que el «sufrimiento humano no es un arma política» aunque reiteró que el Plan Humanitario de la ONU ha sido respaldado por Nicolás Maduro y la Asamblea Nacional. «He recibido compromisos firmes de que apoyarán la implementación del plan, en beneficio de los venezolanos más vulnerables de todo el país».