Plan desarme, por Simón Boccanegra
El Gobierno ha fraguado un plan de desarme de la población. La idea es encomiable, pero, lamentablemente, no luce ni factible ni viable. Desarmar, desde luego, a los ciudadanos que portan armas previa expedición del respectivo permiso para su porte no es difícil. Son personas perfectamente identificadas y localizables y sólo por excepción se ven envueltas en hechos de plomo y/o sangre, y de los que cabría esperar que requeridos para la entrega de las armas no causarían mayores problemas. El problema está en los malandros. Sólo la ingenuidad puede imaginar a estos acercándose a los sitios donde tales armas serían recibidas, para hacer entrega de las suyas. Se me escapó la palabra «ingenuidad», pero en verdad el término que corresponde es «imbecilidad» o, en su defecto, «estupidez». A menos que sea un plan propagandístico y demagógico, sin esperar nada real de tan estrafalaria idea, esta luce más bien como una necia mamadera de gallo.
Que personas de bien entreguen voluntariamente sus armas, pase, pero ¿podemos imaginar la escena de miles y miles de malhechores yendo, cual buenos ciudadanos, a entregar sus «hierros» en los sitios designados a tal efecto? Digo esto porque imagino que se trata de un plan distinto al del «desarme» tradicional, que es el de caerse a tiros con los malandros, batallas en las cuales no pocas veces quienes resultan desarmados son los policías, o, en todo caso, cada bando se marcha a casa con sus armas en la cintura. Pero si se trata de un exhorto a la buena conducta, quisiera recordar que ya en años anteriores al chavismo, un ministro del Interior concibió un plan semejante, que terminó, como era previsible, en nada. Se estima que en Venezuela circulan 12 millones de armas de distintos tipos, sin contar con las de la FAN. 12 millones en manos de particulares. ¿Cómo asombrarnos de los elevados índices de homicidios existentes en esta tierra de gracia? En el fondo resultan pocos, 24 mil el año pasado, si tenemos en cuenta la cantidad de gente que está en condiciones de matar a balazos a un semejante. ¿Se puede imaginar un plan serio y viable de recuperación de tal cantidad de armas? Quisiera verlo.