Plan y pa’l cuartel, por Simón Boccanegra
Lo que ha ocurrido con la detención de un grupo de carniceros pasa de castaño a oscuro. No sé si esas personas en verdad cobraban precios exagerados, pero, de ser cierto, procedía una multa y, eventualmente, un cierre del establecimiento por uno o varios días. Ya detenerlos sin fórmula de juicio es un atropello, pero trasladarlos a Fuerte Tiuna constituye un incalificable abuso de poder. Pa’ lo que está quedando la Fuerza Armada. Para ser utilizada como un garrote intimidatorio. ¿Por qué, en nombre de qué, en aplicación de cuál ley, un episodio estrictamente civil, sujeto a procedimientos estrictamente civiles, tiene que involucrar a la FAN? ¿Son los militares jueces naturales de un expendedor de carne? Pena debería de darles. Pero la medida no es gratuita. Aparte de intimidatorio, es un ejercicio de simulación, como buena parte de los actos de este gobierno de farsantes. La inflación se está comiendo los sueldos y salarios. En el primer trimestre fue dos puntos más alta que en el mismo lapso de 2009, de modo que a este ritmo ya vamos más arriba del 25% del año pasado. El dólar paralelo, 80% por arriba del 4.30, es el verdadero marcador de la economía y de los precios y es un potente factor inflacionario.
La inflación la provoca el gobierno con su política económica, pero para esconder su responsabilidad nada más conveniente que acusar del alto costo de la vida a la especulación. Que esta existe, es verdad, pero es hija de la inflación y no al revés. En un mar de precios que suben y suben, empujados hacia el cielo por el incompetente Chacumbele, siempre habrá islas de especulación, pero para acabar con estas es preciso abatir la inflación.
Este es el verdadero problema y no la especulación. Contra la especulación no se tiene éxito con la política de plan y pa’l cuartel, sino con una política económica correcta.