Platica por muertos, por Samuel Boccanegra
El autócrata anunció el decimonoveno plan de seguridad y dijo que creará un aparato suministrador de platica (sacada de los petrodólares, pues) para indemnizar a los familiares de las víctimas. Bien bueno pues, platica para los dolientes de los miles de asesinados todos los años
El autócrata anunció el decimonoveno plan de seguridad, que como todos los anteriores, tratará de extirpar en la mente de los venezolanos la percepción de que hay inseguridad y criminalidad creciente en Venezuela. Pero además hizo el anuncio más espectacular hasta ahora en esa materia.
Crearán un aparato suministrador de platica (sacada de los petrodólares, pues) para indemnizar a los familiares de las víctimas. Bien bueno pues, platica para los dolientes de los miles de asesinados todos los años. Lo que demuestra que el autócrata es un hombre pragmático.
Para él la inseguridad es un problema mundial de estos tiempos y además en Venezuela más que una realidad es, lo dicho, «una percepción». Pero a quienes de verdad sufren el doloroso trance de tener un familiar asesinado por el hampa, el autócrata está dispuesto a pagarles para que se diviertan y olviden la tragedia. Piensa el gran Caporal que, al fin y al cabo, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Es decir que la preocupación fundamental de Esteban no es resolver el problema de la impunidad y el crecimiento del crimen en esta Tierra de Gracia. No es tomar medidas para prevenir la delincuencia y la inseguridad y reducir los asesinados. Ya él lo dijo, eso pasa en Estados Unidos, México y otros países en dimensiones mayores.
Una mentira por cierto del tamaño del sol, pues las cifras internacionales demuestran que no solo hay más inseguridad en Venezuela que en esos países, sino más que en casi todas las naciones del mundo.
El autócrata descubrió hace tiempo que la regaladera de dinero es la mejor manera de llevarle «felicidad» a la gente y a los países cuyas conciencias y apoyos quiere comprar, he aquí pues una especie de nueva misión para ayudar a «olvidar» y devolverle la «alegría» a los familiares de las víctimas. Porque según Chacu, los muertos ya están en el cielo o el infierno, y además no votan el 7 de octubre.
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