¿Por qué la mayoría de los inscritos no se recensó en el PSUV?
Este minicronista no sabe si en la inefable Sala Situacional de Miraflores le están parando bola al estrepitoso fracaso que fue el «recenso» del PSUV. Si yo formara parte de ese organismo habría colocado este asunto como primer punto de la agenda. Porque no fue una bobería lo que pasó. Fue una arrancada de caballo y una brusca parada de burro. En mitad del rio cambiaron de montura. Lo que se suponía una reinscripción global de militantes fue trasformada al poco tiempo sólo en el recenso de «quienes habían cambiado de dirección». Al final salieron con una cifras chimbas, resultado de sumar los supuestos cambios de dirección con los que no se recensaron y resultó que ahora hay más gente el Psuv que el número de votos obtenidos en el último proceso electoral. En la Sala famosa, si es que no se quieren autoengañar o engañar a Chacumbele, deberían preguntarse qué está pasando. Lo cual, por lo demás, no es difícil de imaginar. No se puede atropellar, como se ha hecho, a Ledezma y compañía, sin que en el mundo popular chavista se pregunten si eso es fair play o, por el contrario, un tipo de abuso que repugna a un espíritu democrático, por mucho que antes haya votado por Chacumbele. No se puede montar una cayapa tan atroz como la que se le hace a Globovisión, sin que la hidalguía del venezolano común que ha votado por Chávez se sienta ultrajada. No se puede presidir un país en el cual cada vez es más caro vivir, sin que el votante de Chávez se pregunte si eso es la «revolución bonita» con la cual lo cobearon años atrás. No se puede saquear toda la Costa Oriental del lago de Maracaibo sin que en Paria, en el otro extremo del territorio, los chavistas se pregunten si fue para eso que le dieron su voto a Chacumbele. En fin, la mitad de la gente no volvió al PSUV porque la emoción se está agotando. Díganselo al jefe.