¿Por qué promover los lunes cívicos?, por Rafael A. Sanabria M.
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«Moral y luces son nuestras primeras necesidades»
Simón Bolívar
No tengo la certeza que en toda Venezuela cada lunes se lleve a cabo los actos cívicos en las diferentes plazas del territorio nacional, pero aplaudo y felicito a las instituciones escolares, Sociedades Bolivarianas, autoridades municipales, instituciones religiosas, civiles y culturales que suman voluntades para afianzar la identidad nacional a través de la difusión del pensamiento, vida y obra del Libertador en estos eventos patrióticos.
Porque sembrar identidad nacional debe ser la tarea de todo el país para darle contenido y forma a la idea, al imaginario, de lo que significa pertenecer a Venezuela, ser y mostrarse como venezolano.
¿Por qué promover los lunes cívicos?
Porque son espacios que contribuyen a edificar a la persona y a la sociedad desde el fortalecimiento de la identidad y el rescate de los valores cívicos y patrios.
Es interesante reflexionar sobre el significado de este tipo de ceremonias y su importancia como generadores de ciudadanía; así como del papel que juegan las instituciones educativas del país, como hacedoras de ciudadanos con sentido de pertenencia.
Sin temor a equivocarme la razón de ser de los lunes cívicos es la construcción de colectividad, en estos actos cívicos prevalece el afán por transparentar los motivos que los sustentan: no se trata de ejercicios de fe ciega, sino de difusión y pervivencia de la memoria colectiva, en aras de conseguir y mantener la cohesión social. Por ello, su realización se asocia a una responsabilidad educativa.
No está de más recordar que hoy se perciben en nuestro país muestras graves de fractura y una creciente disolución de solidaridad, visible en la exacerbación de radicalizaciones ideológicas. Es claro que no hay fraternidad entre los ciudadanos porque estamos minados de polillas como: la corrupción, el crimen, la promoción del odio, la injusticia e impunidad.
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En este sentido, las instituciones educativas –responsables directas no sólo de la instrucción académica, sino de la educación en el civismo y los derechos humanos– debemos redoblar nuestros esfuerzos para que los actos cívicos no se conviertan en rituales automatizados, herméticos e inocuos para nuestros jóvenes; sino que sean genuinos momentos formativos, en los que se insufle –el objetivo fundamental de la sociedad Bolivariana: promover y fortalecer el conocimiento de la vida y obra de nuestro Libertador, sus ideales políticos, culturales y sociales con el fin que estos orienten a la comunidad en general de Venezuela y a su vez sirvan como experiencia para el engrandecimiento de los republicanos del país.
Asimismo, se encarga de fomentar los valores tales como el amor, la identidad Nacional, el respeto, la tolerancia y demás que favorezcan el fortalecimiento de la paz entre las naciones y los vínculos de Integración, solidaridad y cooperación Latinoamericana y caribeña, reflejada en nuestra historia a través del Libertador y los Ilustres Hombres que apoyaron y lucharon para que seamos un país con identidad Propia, Libre de cualquier colonia extranjera.
Por eso más que participar en los lunes cívicos por una unidad o nacionalismo romantizado, se trata de construir uno pragmático y plural, erigido sobre el humanismo, la ética y la racionalidad. Asumamos este deber y honremos nuestros símbolos patrios y efemérides generando una mejor ciudadanía.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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