¿Por qué se ha desacelerado la tasa de inflación en los últimos meses?
En los últimos tres meses se observa una desaceleración en el índice de precios, pero de acuerdo a analistas, esto obedece a la agresiva política de encaje legal del BCV. Advierten que el menor ritmo de la inflación no será sostenible
Un obligado recorte en el gasto público fuerza una tasa menor de la inflación en el país. Desde el pasado mes de marzo se observa un menor ritmo de crecimiento en el índice de precios al consumidor tanto en los reportes del Banco Central de Venezuela como de la Asamblea Nacional.
A pesar de ello los venezolanos manifiestan no percibir en sus bolsillos esa desaceleración en el ritmo de los precios, pero ello obedece a que la tasa mensual de la inflación continúa en los dos dígitos y por consiguiente el país aún muestra una economía con características hiperinflacionarias.
«La velocidad en el ritmo de la inflación es menor a la de enero pasado, pero las tasas de inflación de los siguientes meses siguen siendo muy elevadas, recordemos que eran tasas que teníamos anteriormente para todo el año y ya eran altas», destacó Urbi Garay, economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA)
Según datos del BCV la inflación de abril cerró en 33,8%, mientras que la AN calculó una tasa de 31,3% para el mes de mayo.
Venezuela está sumida en un proceso hiperinflacionario desde hace año y medio, a pesar de las promesas gubernamentales de llevar el índice de precios a la tasa de un dígito, cuando ejecutó una reconversión monetaria en 2008 para eliminar tres ceros a la moneda. Esta estrategia fue nuevamente aplicada en 2018, pero esta vez para quitarle cinco ceros al bolívar y sin el acompañamiento de otras políticas económicas para estabilizar los precios de los bienes y servicios.
«Demasiado malo es el factor confianza en (Nicolás) Maduro que la inflación mensual no es de un dígito. Esta administración ha ejecutado un ajuste sin precedentes, pero aún no se observan los resultados. El gobierno ha reducido el gasto, está monetizando menos, el consumo cayó y el dólar se estanca», explicó Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica
Y es que de acuerdo a datos del BCV, la liquidez monetaria finalizó mayo en 6,7 billones de bolívares y aunque representa una cifra significativa si se compara con el monto de finales de 2108 (Bs. 692.387 millones), el incremento en términos nominales en mayo fue de 25% versus el alza de 40,8% de marzo.
En términos reales -por cierto- la liquidez ha caído 33% durante este año. El Gobierno ha frenado el multiplicador del dinero bancario, al incrementar el encaje legal ordinario (57%) y el encaje legal sobre reservas marginales (100%), anulando de facto la intermediación financiera de la banca venezolana.
«El gasto público ha caído debido a la menor producción petrolera, la recaudación tributaria por concepto de petróleo es mínima al igual que la recaudación fiscal interna, la economía está paralizada desde hace seis años por lo que el gobierno no está prácticamente recaudando impuestos. Y aunque por un lado el gobierno sigue imprimiendo dinero inorgánico, por el otro aplica una agresiva política de encaje legal para que la banca no pueda prestar dinero«, explicó Garay.
Un informe de la consultora Econométrica resalta que en mayo, la contracción de la liquidez monetaria fue de 92% siendo la mayor contracción hasta la fecha.
«Como se ha mencionado reiteradas veces, la entrada en vigencia del encaje marginal por parte del BCV ha restringido a la banca en la emisión de crédito. Si bien esta medida logra desacelerar la inflación, dificulta el flujo de caja de la banca, por lo que no la hace sostenible en el tiempo», resalta la firma en su informe
Sin embargo, los analistas reiteran que la estabilidad de los precios no será sostenible en el tiempo, puesto que hasta ahora solo el encaje legal ha sido la única medida económica para lograrlo, pero en detrimento de la salud de los bancos nacionales. El BCV busca con esta medida que el dinero que prestan las entidades financieras no sea utilizado por las empresas ni por los particulares para comprar divisas y así mantener a raya la cotización del dólar paralelo.
«De cada 100 bolívares que le ingresa a la banca solo puede disponer de 13 bolívares para prestar, la situación del sector bancario es extremadamente crítica. Hay bancos que han violado su posición de encaje para poder subsistir, cumplir con los créditos obligatorios (gavetas) y prestar algo», destacó Oliveros.
Garay coincide en que la actual política de encaje legal afecta significativamente a los bancos, pero que aún no se podría hablar de una crisis en el sector de grandes proporciones. «Toda economía necesita de los préstamos bancarios para funcionar y la política de encaje hace que la recesión sea más profunda, esta medida se puede mantener por unos meses pero creará muchos problemas en la economía. Si el BCV reduce el encaje pues volverá a circular más dinero y se acelerará la inflación, pero este problema es muy estructural de la economía venezolana, éstos son paños calientes. El principal problema de la economía del país es la escasez de divisas por el desplome de la producción petrolera».
José Manuel Puente, profesor del IESA, recuerda que Venezuela es la única hiperinflación del mundo en estos momentos y es la segunda hiperinflación del siglo 21, por lo que no cree que algunas decisiones tomadas por la administración de Maduro no ayudarán a mitigar el alza de los precios.
«Se han tomado decisiones de política económica de manera encubierta, como el que no quiere la cosa )como la flexibilización de los precios de los productos regulados para ampliar la oferta), pero algunas de ellas van a ser cosméticas, como las mesas de cambio. En mi opinión este experimento cambiario apunta a fracasar como han fracasado en los ochos esquemas anteriores, porque la restricción de las divisas sigue siendo la misma, no ha mejorado la disponibilidad de las divisas», afirmó Puente
Garay destaca demás que debido a la caída de la demanda por parte del consumidor, los empresarios han ejecutado varias estrategias para mantener sus ventas a través de las llamadas ofertas en los precios de los productos y a su vez ha tratado de no incrementarlos de manera significativa. «Esta es una buena noticia para el consumidor pero el problema es que la tasa de inflación sigue siendo alta y la desaceleración no es sostenible porque no se está atacando la raíz del problema«.
Y la posibilidad de otro empuje en la tasa de inflación para los próximos meses parece ser un tema que se ha planteado el propio Banco Central, cuando se observa la última sorpresiva medida de introducir tres nuevos billetes en el actual cono monetario, que serán de ahora en adelante los de mayor denominación.