¿Por qué son tan dañinos los gobiernos comunistas?, por Cristian Silva Potellá

Desde cuando Carlos Marx escribió El Capital, el cual no constituye ningún aporte especial a la humanidad, a la economía ni al mejoramiento de las relaciones laborales, el mundo entró en una debacle y constante amenaza con la filosofía comunista.
Se calcula en ciento cincuenta millones los muertos ocasionados por el comunismo en Rusia, la extinta Unión Soviética, China, Corea del Norte, Camboya, Italia, Alemania, Europa del Este; incluyendo los 8.000 fusilados por Fidel Castro en la isla de Cuba, nación que en la actualidad es uno de los países aliados de nuestro país.
En 21 años que lleva este “Socialismo del Siglo XXI” en el poder en Venezuela, no tenemos cifras oficiales de caídos, bien sea por la delincuencia “común” o por los cuerpos de seguridad del Estado, como ocurrió recientemente en Petare y la cárcel de Guanare.
Y ni hablar de lo que ocurre de forma indirecta con los ciudadanos controlándoles alimentos, medicinas, sin poder adquisitivo, ni dinero efectivo, ya ni siquiera combustible, además de las comunicaciones, gas doméstico, cerrando industrias alimenticias; expropiándolas y/o negándole la materia prima. Y para completar el ciclo de terror que vivimos llegó el coronavirus, y con él una cuarentena insoportable en medio de este desastre.
*Lea también: Deslaves, por Marisa Iturriza
Otras calamidades del comunismo en Venezuela comenzando por el estado Sucre son la planta termoeléctrica de Güiria, que nunca ha estado operativa. La utilizan como una subestación más para mejorar el voltaje de la poca corriente proveniente de El Guri. Pero han vendido cables o conductores para Trinidad y Tobago, lo que en términos jurídicos se denomina “apropiación indebida, hurto y robo”.
Pdvsa inutilizó las instalaciones del Puerto Pesquero Internacional de Güiria trayendo embarcaciones chatarras para hundirlas expresamente. En forma inexplicable se incendió el frigorífico quedando fuera de servicio junto a la planta de hielo. Así mismo la estatal petrolera compró con sobreprecio millares de hectáreas agrícolas ocupadas por productivas haciendas de coco, cacao; sabanas con ganado, para –supuestamente– construir un nuevo aeropuerto, refinerías, hospitales, escuelas. Pero hasta hoy… ¡no hay nada!
La democracia construyó la represa de Clavellino y una aducción especial desde el río Carinicuao de Cariaco hasta la ciudad de Carúpano, pero los comunistas desaparecieron el agua potable en Carúpano; no han sido capaces de terminar los 30 kilómetros de autopista para conectar la ciudad de Cumaná con Puerto La Cruz y han promovido la sequía en la Isla de Margarita.
No satisfechos con tantos daños y atropellos continúan desmantelando, destruyendo instalaciones físicas, robando y dañando equipos, laboratorios de la Universidad de Oriente, (UDO); en todos sus núcleos de las ciudades de Cumaná, Puerto La Cruz, Maturín, Ciudad Bolívar, Porlamar. La orden es aplicar la estrategia de guerra llamada “zona arrasada” para terminar con la educación de calidad.
En fin, el comunismo es una ideología esclavizadora, irrespetuosa de los derechos humanos; de la libre determinación de los pueblos, limitante de la pluralidad ideológica; donde se sigue un líder con características de Dios y único con cualidades especiales para gobernar.
Finalizo con una pregunta que nos hacemos día a día la mayoría de los venezolanos que amamos nuestra Patria, y que queremos dejarle un mejor futuro a nuestros hijos y nietos: ¿Cuánto tiempo nos llevará conseguir la suficiente fuerza y capacidad de organización para expulsar a este régimen del poder?
Secretario general estado Sucre
Unidad Visión Venezuela
www.unidadvisionvenezuela.com.ve