Por una educación actualizada, por Rafael A. Sanabria Martínez
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«Un sabio puede aprender de una pregunta estúpida
más de lo que un tonto puede de una respuesta sabia”
Bruce Lee»
Nuestro currículo escolar no está orientado a la vida actual sino a una sociedad que definitivamente pasó. Basta de hablar de revolución educativa mientras repetimos modelos educativos de otros momentos históricos y de países ajenos a nuestra realidad.
Un proyecto educativo global debe extenderse más allá del aula. Requiere de la participación amplia de las familias en simbiosis con el contexto de que forman parte. Ha de conseguirse que el centro sea un espacio educativo que unos y otros sientan como propio. Los centros han de tener líneas de trabajo y proyectos construidos colectivamente, estables a largo plazo y evaluados periódicamente, con plantillas estables que asuman el proyecto educativo y que se impliquen y participen más allá de su responsabilidad en el aula.
Por eso es necesario establecer mecanismos y momentos de análisis, reflexión y valoración de los objetivos planteados como una comunidad, de su línea pedagógica, de los proyectos, de la organización de la que se dota, y que todo quede recogido y sistematizado como legado colectivo.
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La escuela es un ente que educa de forma sistémica, con sus proyectos con la comunidad, con su organización, el diseño del espacio, las normas y horarios, en el recreo, el comedor, con la selección de contenidos, con su participación en el contexto, etc. Siempre ha de ser el centro de su actividad y de sus objetivos el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no solo en las actividades del aula, sino en la escuela en general como un espacio en el que se generan todas las actividades que por definición son educativas.
Es importante que se creen los ámbitos educativos (participativos, curriculares, metodológicos, organizativos, etc.) y los ambientes y espacios propicios para que se genere aprendizaje, se desarrollen competencias y se construyan valores, dado que la educación y la formación del alumnado es la que da sentido al centro educativo.
En este marco de diversidad también ha de pensarse en las competencias que priorizar, en los valores que construir, en los contenidos curriculares y en su selección, en las metodologías de aprendizaje, en los recursos disponibles, en la evaluación y la función, en los espacios…
Es decir, la escuela debe ser un espacio de aprendizaje auténtico y una entidad que ha de fomentar una educación global, vinculándola a la realidad próxima con la participación real de toda la comunidad educativa, y ha de tener presentes las individualidades y la diversidad de recursos que ofrece o debería ofrecer la sociedad, en un enfoque integral de las personas en todas sus dimensiones.
En tal línea de ideas asomo ocho sugerencias de asignaturas que responden a necesidades actuales e incluso urgentes.
1) Nutrición: una actividad tan elemental y cotidiana como comer tiene por esto mismo una influencia decisiva en nuestro bienestar, tanto inmediato como a mediano y largo plazo. Una dieta balanceada previene de muchos problemas, pero esto va más allá de un listado de componentes, por la calidad de los mismos y de los excesos perjudiciales así como corregir la desinformación sobre el tema.
2) Inteligencia emocional: para desarrollar los recursos necesarios para entender nuestras propias emociones. La inteligencia emocional para enseñar al ser humano a conocerse.
3) Creatividad: aunque no es posible dar la “fórmula” para ser creativos, sí es posible poner las condiciones necesarias para recuperar la creatividad que la formación escolar, familiar y social nos pueden haber quitado. El pensamiento lateral, la formación artística, la libre expresión, la improvisación actoral son algunas estrategias para practicar en un ambiente propositivo y amistoso.
4) Cooperación: la cooperación fue la base de la evolución humana. De alguna manera todavía lo es, pues nuestra especie está “programada” naturalmente para formar lazos y trabajar en equipo.
5) Informática y programación: la programación es clave en nuestra época pero su enseñanza sigue estando reservada a niveles superiores. Los niños aprenden esto en edades tempranas y los conduce a su aplicación de manera más innovadora.
6) Conciencia ambiental: la crisis ambiental que vivimos es resultado de las acciones humanas y todos debemos contribuir en su solución.
7) Finanzas: saber ahorrar, cómo funciona una inversión; aprender a calcular los impuestos; entender las tasas de interés, son elementos básicos que pueden facilitar la existencia.
8) Meditación: herramientas para conocer las propias emociones como la ira o el miedo, reducirían las conductas disfuncionales.
Hay que formar personas que participen activamente en la construcción de la sociedad venezolana. Es una meta que precisa de conocimientos, competencias y valores específicos.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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