Precios acordados: implicaciones de la medida con la que se pretende frenar la inflación

La administración Maduro impulsa un nuevo esquema de «precios acordados» como fórmula para contener la inflación y garantizar el acceso a alimentos básicos
En Venezuela, la administración Maduro retoma estrategias de regulación de precios, esta vez bajo la figura de «precios acordados» un modelo que aunque aún no ha sido formalizado en Gaceta Oficial, ya ha sido anunciado por las autoridades como una herramienta clave para combatir la especulación. La propuesta busca establecer precios en productos esenciales de la mano con los sectores productivos.
El control de precios no es nuevo en el país. Desde 2003 ha sido parte de la política económica venezolana, generando tanto posiciones a favor como críticas. Aunque se ha presentado en diferentes versiones, su impacto en la economía ha sido objeto de debate por años.
¿Por qué vuelven los precios a estar en la agenda económica?
El nuevo esquema de precios surge en un momento en el que la inflación, la informalidad y la incertidumbre marcan el pulso económico. Aunque los precios acordados aún no han sido publicados en Gaceta Oficial, voceros del oficialismo afirman estar avanzando en consenso con los sectores productivos.
A través de iniciativas como “Mercados a Cielo Abierto” y “Almacenes Comunales”, las autoridades aseguran haber reducido hasta en 60% el costo de productos como pollo y huevos. Sin embargo, comerciantes dicen no haber recibido instrucciones claras, y en los anaqueles aún no se observan cambios significativos.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, insiste en que no se trata de un control de precios tradicional, sino de un modelo “concertado” entre el Ejecutivo y empresarios. Durante su intervención en el Congreso Mundial de Retailers 2025, realizado el 5 de junio, la funcionaria señaló que la estrategia también prioriza divisas para alimentos y medicinas, dejando de lado rubros no esenciales.
¿Qué es el esquema de precios acordados?
Es un mecanismo en el que se fijan precios de productos esenciales con base en consensos entre el gobierno y sectores económicos, buscando garantizar rentabilidad al productor y asequibilidad para el consumidor. Se ajusta al tipo de cambio oficial y busca evitar distorsiones sin recurrir a controles rígidos. Así lo explicó el diputado Ramón Lobo, durante una entrevista en La Iguana TV.
¿Es lo mismo precios acordados que control de precios?
Según voceros oficiales, no. El control tradicional imponía precios desde el Estado sin diálogo con los productores. El modelo acordado parte de negociaciones con los sectores involucrados.
Para el economista José Guerra, es lo mismo, solo que con un nuevo nombre. En su cuenta en X, hace referencia al regreso del control de precios, pero disfrazado de precios acordados.
Algunos expertos como José Guerra, miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas, y Oscar Meza, director del Cendas-FVM, advierten que en la práctica ambos modelos pueden generar consecuencias similares si no se gestionan con criterios técnicos.
¿Qué productos tienen precios acordados?
Hasta ahora los productos con precios acordados, según la información que se ha difundido públicamente, son:
- Pollo
- Huevos
- Productos avícolas
Delcy Rodríguez informó el 31 de mayo, durante una jornada de atención social en la parroquia El Recreo, municipio Libertador, que siguen «trabajando con el sector cárnico donde hemos avanzado, pero tienen que bajar aún más los precios”.
Además, la funcionaria señaló que podrían sumarse víveres secos, frutas y vegetales a las conversaciones con los productores.
¿Qué ha dicho la administración Maduro?
- Delcy Rodríguez, vicepresidenta: «No se trata de control de precios, sino de un esquema en consenso con los productores”, dijo la funcionaria el pasado 18 de junio, tras informar que «hoy podemos decir que hemos alcanzado precios acordados».
- Ramón Lobo, presidente de la subcomisión de Finanzas de la Asamblea Nacional: «No apostamos a que la gente venda por debajo de los costos de producción, pero indudablemente tienes que tener una ganancia razonable», señaló refiriéndose a un equilibrio de los costos de producción con una ganancia comercial razonable.
Consecuencias y advertencias
Economistas han alertado sobre los riesgos de repetir esquemas del pasado. José Guerra advirtió que el modelo podría volver a generar escasez y mercados paralelos, mientras que Óscar Meza ha dicho: “Vuelven a lo mismo y obtendrán los mismos resultados”.
El Observatorio Venezolano de Finanzas ha indicado que sin políticas macroeconómicas complementarias, los controles podrían provocar distorsiones. Por su parte, organismos como el FMI también han señalado que levantar o imponer controles abruptamente sin compensaciones genera impactos negativos.
Según un economista que trabajó en la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) y pide resguardar su identidad, la transición del control de precios hacia un esquema de precios acordados en Venezuela representa un intento de «flexibilización dentro del modelo intervencionista» que ha caracterizado la política económica del país durante las últimas décadas. Aunque puede interpretarse como una medida para acercarse al diálogo entre el sector privado y el Estado, en la práctica sigue implicando una forma de regulación indirecta que limita la libre formación de precios en el mercado.
«Es una manera de mantener apariencia de apertura sin perder el control político que implica influir en los precios clave» comenta en conversación con TalCual. En términos estructurales, dice, el modelo de precios acordados puede aliviar tensiones puntuales de escasez, pero difícilmente resolverá distorsiones más profundas mientras no se enfrenten los incentivos reales a la producción y la inversión.
En resumen
El esquema de precios acordados, según especialistas en el tema económico, busca estabilizar el mercado sin recurrir al control estricto, pero aún no hay lineamientos oficiales claros ni evidencia de su impacto. Las experiencias pasadas muestran que sin una base técnica sólida y políticas complementarias, este tipo de medidas pueden agudizar los desequilibrios. El país sigue a la expectativa.
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