Preguntas que no tendrán respuestas, por Simón Boccanegra

Autor: Simón Boccanegra
El ataque a la gente del MAS en la Plaza Bolívar es más grave de lo que parece. No solamente por la absoluta gratuidad de la agresión, para la cual no tendrían sus autores ninguna coartada que pudiera siquiera explicarla –ya que justificarla sería imposible –, sino por la absoluta impunidad con la que actuaron.
Ningún cuerpo de orden público se hizo presente para proteger tanto el derecho de unos ciudadanos venezolanos a colocar una ofrenda floral ante la estatua de Bolívar como la integridad física de esos mismos ciudadanos, que sufrieron el ataque de una pandilla armada con garrotes y también con pistolas. Para variar, también un auto de Globovisión y sus pasajeros fueron sometidos a los mismos brutales procedimientos, copiados de los tonton macoutesdel siniestro Papa Doc Duvalier en Haití.
Tanto nadar en las aguas de la revolución para venir a ahogarse en la orilla de la intolerancia, del abuso y de la agresión cobarde.
Por pura curiosidad, ¿será qué Didalco Bolívar y Ramón Martínez no sienten la necesidad de decir nada ante esta agresión a sus antiguos compañeros? ¿Y el humanista Rangel tampoco tiene nada que comentar? ¿Son esos los valores a los cuales el maritainiano Chaderton dice aferrarse?