Primarias, cuanto antes mejor; por Teodoro Petkoff
Es obligatorio volver sobre el tema de la selección, este mismo año, de la candidatura única de la alternativa democrática. Hemos dicho, y lo reiteramos, que tal decisión no debe pasar del cuarto trimestre de 2011. Preferiblemente, en el propio mes de octubre debería tener lugar la elección primaria, ya prácticamente decidida como método unitario para la selección del candidato. Decimos octubre porque es el mes más próximo en el cual se podría celebrar el evento primario, ya que si fuera posible hacerlo el mes que viene, pues así debería ser. Cuanto antes, mejor, lamentablemente no es posible por puras razones prácticas.
El vasto mundo opositor necesita la candidatura unitaria que exprese sus aspiraciones y expectativas. Mientras más tiempo se demore la toma de esa decisión, mayor será el desconcierto y el desánimo en esa considerable parte de la población que se sabe ya mayoritaria respecto del chavismo pero que no lo subestima y a la cual la presencia de un boxeador solo en el ring, sin contendor visible, la hace tender a sobrestimar sus posibilidades y a tener una perspectiva sombría sobre la capacidad de las fuerzas opositoras para lograr el indispensable acuerdo unitario.
Mientras mayor sea la demora en decidir esa cuestión mayor será la ventaja gratuita que se dará a ese infatigable e inescrupuloso fajador que es Hugo Chávez. En cambio, estamos seguros de que el mero anuncio, por parte de la MUD, tanto de la fecha de las primarias como del desarrollo de las actividades dirigidas a materializarlas, alimentará el entusiasmo de un universo opositor que hoy no alcanza a comprender, por falta de información apropiada, cuáles podrían ser las razones del retraso en tan crucial decisión. Lo cual, no es necesario subrayarlo, alienta el escepticismo, la resignación y el derrotismo.
La idea de realizar las primarias en el primer trimestre de 2012 significa, en la práctica, que serán efectuadas entre marzo y abril, en el mejor de los casos. Enero ya se sabe que arranca realmente el 15 y luego viene la coartada del Carnaval y la Semana Santa y terminamos con un candidato más bien a mediados del año próximo. Proceder con esta morosidad revelaría que aún después de doce años de verlo en acción todavía pareciera que no se conoce suficientemente al Presidente, con su formidable capacidad de iniciativa, de acción y de movilización. Esto, sin contar con el ventajismo grosero del cual hará gala, gastando dinero público a raudales y colocando todo el aparato del Gobierno y del Estado al servicio de su empeño reeleccionista.
Anunciar y organizar la celebración de primarias a más tardar para octubre de este mismo año revelaría la comprensión profunda de la magnitud del desafío al cual se hace frente. El argumento de que una candidatura temprana daría más chance a Chávez para «triturarla», dicho sea con el debido respeto, es insostenible, a menos, desde luego, que el candidato seleccionado sea un débil mental que, se puede estar seguro, no será el caso sino alguien que se fajará rolo a rolo con el aspirante a Presidente vitalicio.