«Productores independientes», por Simón Boccanegra
Un aspecto de la Ley Resorte que podría prestarse a manipulación política es el que obliga a las plantas de TV a transmitir programas elaborados por los llamados “productores independientes”, es decir empresas productoras de películas o cuñas para TV, no vinculadas a los canales. Nada malo es que la TV transmita siete horas diarias de producción nacional (de las cuales cuatro serían de producción independiente), porque esto podría estimular el desarrollo de la industria fílmica para TV. El punto es que los “productores independientes” deben ser registrados ante y reconocidos por Conatel, y su producción debe ser aceptada por los canales, previa decisión de una Comisión de Asignación de Espacios en Televisión, que, como su nombre lo indica, atribuye espacios y decide qué producción va a cuál canal. Esa comisión está integrada por un representante de Conatel, que la preside, otro de los productores y otro de los canales. El de los productores es elegido en asamblea de ellos convocada por Conatel, de modo que bien podría terminar siendo otro representante del gobierno. Quien vea el canal VIVE TV tendrá una idea del carácter de la “producción independiente” que podría ser favorecida e impulsada por esa comisión. Pura carga ideológica explícita. En todo caso, para la ejecución de esta parte de la ley hay una vacatio legisprogresiva, que arranca a los nueve meses y llega hasta los dos años.