Protestas sociales en el Líbano finalizan con la renuncia del Ejecutivo
En el Líbano desde hace más de dos semanas comenzó una revuelta popular, los habitantes cerraron las calles y prácticamente paralizaron el país, todo con el objetivo de condenar a los políticos, a quienes consideran de incompetentes y corruptos
Este martes 29 de octubre el primer ministro del Líbano, Saad Hariri, hizo pública la dimisión de su gobierno, luego de que el pueblo libanés se volcara a a las calles para protestar en rechazo a la corrupción de los políticos.
Durante su discurso aseguró que se dirigiría al palacio presidencial de Baabda para presentar su renuncia. Hariri dijo que su decisión nace «ante la voluntad de muchos libaneses que han salido a las calles para exigir el cambio».
En una alocución el hombre de 49 años hizo un llamado a la ciudadanía «para que den prioridad al interés de Líbano… para proteger la paz civil e impedir cualquier deterioro de la situación económica».
Al conocer la noticia los ciudadanos se lanzaron a las calles, pero en esta oportunidad para festejar con fuegos artificiales, cantos y cornetazos la decisión.
En el Líbano desde hace más de dos semanas comenzó una revuelta popular, los habitantes cerraron las calles y prácticamente paralizaron el país, todo con el objetivo de condenar a los políticos, a quienes consideran de incompetentes y corruptos.
Las protestas han sido mayormente pacíficas, ha habido pocos reportes de arrestos o heridos graves desde que comenzaron las manifestaciones, y las fuerzas de seguridad han resguardado las manifestaciones realizadas en las plazas públicas.
El domingo 27 de octubre miles de manifestantes formaron una cadena humana en una de principales autopistas de Beirut y sus alrededores.
En el Líbano 30 años después de la guerra civil que finalmente culminó en 1990, la población sigue padeciendo escasez crónica de agua y electricidad. Más de una cuarta parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y el país es uno de los más corruptos del mundo.
El 21 de octubre, Hariri anunció un plan de reformas que no convenció: medidas contra la corrupción, presupuesto sin nuevos impuestos, programa de privatizaciones para luchar contra el mal funcionamiento de los servicios públicos y ayudas en favor de los más desfavorecidos.
Entre los que estaba la colocación de un impuesto a las llamadas telefónicas hechas a través de WhatsApp y otras aplicaciones.
Con información de AFP y BBC
*Lea también: Chile en llamas | Gobierno contabiliza 997 imputados durante las protestas