¡Qué cinismo!, por Beltrán Vallejo
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El mes de enero del 2023 está finalizando con otro proceder del régimen de Maduro que es propio de cualquier régimen con visos totalitarios como el chino, el cubano, el ruso o el nicaragüense.
No contento con su represión de años sobre el movimiento sindical, no contento con el «hegemonismo» sobre gremios y asociaciones, no contento con el «controlismo» sobre las organizaciones vecinales, ahora el madurismo se le va encima al tejido social de ONG y fundaciones mediante una ley que busca «jurungarle» hasta los intestinos a esas figuras de la denominada sociedad civil, y en ese sentido pretende controlar financiamientos y donaciones, y revisar sus programas, planes y proyectos; en fin, es la represión o la eliminación pura y simple de las organizaciones civiles que evidencien alguna disidencia o que meramente incomoden a la camarilla dictatorial radicada en Miraflores.
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ONG: “enemigas del Estado”
Analizando el proceder de Putin y de Ortega cuando califican a las ONG perseguidas en Rusia y en Nicaragua como «enemigas del Estado», pues el madurismo también actúa con mucho cinismo igualito que ellos. Por ejemplo, el parlamento de Putin aprobó no hace mucho una ley represiva contra las ONG denominada: Ley de Agentes Extranjeros; y aquí, como somos buenos copiones, ahí vamos.
En el caso venezolano, Diosdado Cabello es el que lleva la voz cantante con la aprobación de la fulana ley de fiscalización de las ONG aprobada en días pasados por la denominada Asamblea Nacional impuesta en el 2020. No pudieron escoger a otro vocero del atropello.
Los argumentos que utiliza parecieran hasta lógicos en los términos de que organizaciones que reciben financiamiento internacional le presenten a autoridades estadales una relación de esos recursos extranjeros y los destinos de ejecución de esos recursos para revisar de que no se trate de lavado de capitales o de financiamiento del terrorismo, como lo que se ha demostrado en Europa con los casos de ONG islamistas y que funcionaban como cortinas o parapetos del yihadismo y del terrorismo musulmán. O como en el caso de algunas ONG en Alemania que terminaron perfilando un funcionamiento como fachada de grupos neonazis.
Pero en este caso no es así cuando justifica la legislación represora en términos de trasparencia, en términos de lucha contra la corrupción, en términos de defensa de la soberanía, y que en función de todo eso hay que multarlas, revisarlas, abrir sus libros administrativos, chequear sus cuentas y tareas, cerrarlas, perseguirlas, enjaularlas.
ONG tendrán que reformular sus tareas
¿Pueden hablar de perseguir ONG deshonestas cuando es desde un programa de televisión que a cada minuto viola la Ley Contra la Corrupción al utilizar un canal del Estado para beneficiar a una parcialidad política? El PSUV es un partido-Estado. La Ley Contra la Corrupción es violada y amañada por cualquier funcionario madurista a cada minuto. Miraflores es la sede del PSUV no es la sede de la Presidencia de la República (también es el sitial de una mafia). Las gobernaciones y alcaldías maduristas no son espacios de gobierno sino locales de un partido político llamado PSUV.
Ahora bien, también creo que muchas ONG tendrán que reformular sus tareas de ser simples “observatorios” y pasen más bien a tener un proceder proactivo y creativo en función de construir tejido social democrático y en aras de mejorar la calidad de vida sobre todo de los más pobres. Algunas de ellas hablan mal de los partidos políticos, pero actúan como feudos con sus reyezuelos autocráticos y sólo pendientes de los cobres del extranjero.
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