¿Qué esconde la investigación penal por el concierto de Romeo Santos?
Resumiendo: un concierto producido por un narcotraficante preso, que opera desde una cárcel, que ya ha organizado otros conciertos desde la prisión, que esta vez lo montó en una base militar controlada por la Fuerza Armada Nacional para recibir a un artista extranjero que finalmente se presenta a las 4:00 de la mañana del día siguiente y entre los asistentes está el fiscal general que luego anunciará una investigación penal sobre el asunto, afirmando que por ello metió preso a gente que ya estaba presa desde antes luego de haber detectado que un narco preso montaba conciertos desde la esa cárcel pero pudo seguirlo haciendo.
Los guionistas del absurdo que hagan fila por los derechos de la historia.
Uno se pregunta: ¿por qué se inicia la investigación penal?
La respuesta lógica es porque se ha detectado un cúmulo de irregularidades: que alguien revisó los nombres detrás de Panteras Entertainment y se dio cuenta de uno de los problemas. Pero pareciera que no. ¿Si el concierto hubiese ocurrido a la hora anunciada estaríamos viendo esto?
Ahora, vamos a detalles del caso. Comenzando por la supuesta presencia del propio fiscal general designado por la constituyente entre los asistentes del área VIP. ¿Se quedaría hasta madrugar para escuchar al bachatero? ¿Si él no hubiese estado, también inicia un proceso penal porque «agraviaron y abusaron de la buena fe de la #fanaticada»?
En el concierto de Romeo Santos, el grupo que más se retiró debido al retraso, fue el VIP, entre quienes estaba el fiscal. Gente de la zona general logró pasar a esta área preferencial cuando llegó el bachatero, a eso de las 4am. https://t.co/tR0NA3ZPWp
— Maryorin Méndez 🖋️ (@maryorinmendez) December 12, 2023
Saab ha dicho que el organizador del concierto fue Juan Carlos Araujo, expropietario de Solid Show, preso desde 2020 por narcotráfico luego de que se detectara una avioneta de su propiedad con 450 panelas de cocaína en República Dominicana y condenado a 30 años de cárcel. Según el fiscal, el sujeto usaba esa productora para legitimar dinero del narcotráfico.
Saab admite en sus comunicaciones que Araujo estuvo detrás del concierto de Anuel en marzo pasado… y nadie investigó nada aquella vez.
Según el funcionario, izada Araujo operaba con beneplácito del director de la cárcel donde está metido, Argenis Guerra, «quien ya se encuentra privado de libertad por hechos de corrupción, por lo que los fiscales encargados de la investigación le sumarán esta pluralidad de delitos para aumentar su condena».
Guerra está detenido desde el pasado mes de noviembre, 11 días antes del concierto, por permitir el ingreso de «objetivos prohibidos» al recinto ubicado en El Paraíso (antigua La Planta), y por consentir «el desarrollo de actividades no permitidas como el establecimiento de una oficina desde donde trabajaba organizando espectáculos musicales Juan Carlos Araujo Durán». Es decir que esto ya se sabía.
Se sabía, y aún así el concierto del 10 de diciembre pudo hacerse.
Aparte, si el director del penal estaba preso 11 días antes del concierto y Araujo siguió operando, ¿qué funcionarios de esa prisión lo dejaron hacer? ¿Hay otros responsables? Cuesta creer que el director del penal preso siga siendo quien maneja el penal… ¿o sí?
Luego, el «patrocinador oficial» -como lo dijeron ellos mismos- fue la marca Furia Energy, un negocio vinculado a los hijos de Cilia Flores, según una investigación del portal Armando.info. En la publicación señalan: «Un grupo de jóvenes, amigos de Yoswal y Yosser Gavidia Flores, dos de los hijos de la Primera Dama o ‘Combatiente’, son quienes están detrás de la nueva marca que desde hace poco promueve los deportes extremos y el turismo de aventura. El lanzamiento de Furia Energy, su propia bebida energética traída desde Turquía, ha sido el gancho para conquistar un campo virgen donde incluso alimentan aspiraciones ciertas de influir en la conformación de federaciones deportivas».
Por cierto, el “patrocinador oficial” del concierto organizado por un preso en la base aérea de La Carlota era Furia Energy, negocio vinculado a los hijos de Cilia Flores https://t.co/mNSDAPjZxb pic.twitter.com/6NAs3EWDuv
— Roberto Deniz (@robertodeniz) December 12, 2023
A todas estas, ¿se va a investigar al propio comando de La Carlota? Porque un espectáculo dentro de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda no se puede hacer si los responsables de esa instalación lo permiten. ¿Se cobró por el uso del espacio? ¿Cuánto? ¿Quién recibió el dinero? ¿El dinero proviene del narcotráfico?
Y, más allá, ¿los fiscales preguntarán a Omar Enrique por su relación con los productores? Un audio que circula en redes sociales indica que no solo los conoce sino que se reunió con ellos varias veces en La Carlota, que los conectó con el comandante de la base, y hasta menciona al exministro Pedro Morejón en el asunto. El cantante dijo después que mandó ese audio para pedir respeto por la audiencia. Bien, pero ¿nadie en ese Whatsapp sabía de las conexiones turbias de esos organizadores?
Panteras Entertainment, la productora, muestra en su página web que también produjeron el concierto de CNCO en Caracas el pasado 29 de octubre. ¿También fue organizado por Juan Carlos Araujo desde una cárcel?
Por otra parte, la empresa está afiliada al equipo de baloncesto Panteras de Miranda, según su propio sitio web. ¿Hay dinero del narcotráfico en la Liga Venezolana de Baloncesto? ¿Se va a investigar también las finanzas de ese equipo que entrena en el Parque Miranda, propiedad de la Gobernación? ¿Panteras le paga el alquiler a la Gobernación un alquiler con dinero malhabido?
No sabemos si tendremos estas respuestas, ni sabemos si la investigación penal que se haga llegue «hasta las últimas consecuencias» en un país lleno de supuestos intocables. Amanecerá y veremos.