¿Qué parte de ti dejaste afuera para pertenecer?, por Marlene Fernández del Granado

Cada 28 de junio se recuerdan los disturbios de Stonewall de 1969, que fueron un hito clave en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQI+. De allí nació el Mes del Orgullo, que no solo celebra identidades, sino que nos recuerda el valor de poder ser uno mismo. Cada año, en esta época, muchos nos preguntamos ¿qué decir o qué hacer para brindarle relevancia a este momento sin repetir lo mismo de siempre? Pero quizás esa no es la pregunta. Lo importante es reflexionar sobre por qué este hecho es importante para todos. Sí, para todos.
Nuestra empresa encontró esa respuesta, no en el calendario, ni en una bandera, sino en nuestra gente. Son quienes forman parte de esta organización y llegaron a donde están por algo mucho más profundo que su currículum: ascendieron y crecieron profesionalmente porque fueron ellos mismos. Sin disfrazarse, sin copiar fórmulas. Con autenticidad, con una elección consciente de vivir una vida propia y no prestada. Llegaron hasta donde están no por seguir un molde, sino por romperlo.
Por eso, este no es un mensaje exclusivo para la comunidad LGBTQI+, es una invitación para todos. Porque todos, en algún momento, hemos mostrado más que un solo «yo». El yo del trabajo, el de la familia, el que exhibimos en redes, el que adaptamos para encajar en diferentes entornos. Nos convertimos en expertos actores. Cambiamos de tono, de ropa, de postura, para pertenecer, para gustar, para no incomodar. Por momentos, esto resulta funcional, nos protege, nos permite avanzar, nos hace sentir parte del equipo. Pero internamente nos desgasta, nos aleja. A veces, ni siquiera nos damos cuenta del personaje que hemos construido para sobrevivir.
Nada podría describir mejor esta reflexión profunda que hizo nuestra empresa en este Mes del Orgullo, que la campaña que lanzamos bajo el nombre «El valor de ser yo», con un mensaje simple, pero contundente: en Arcos Dorados – McDonald’s para América Latina – todos tenemos derecho a ser quienes somos.
Somos valorados por nuestro aporte en el desempeño de nuestras funciones, nuestras diferencias de origen, de género, de orientación sexual, de raza, de religión, o cualquier otra característica que nos hace distintos; son vistas en nuestra empresa como un aporte que enriquece nuestra cultura empresarial, que fortalece a nuestros equipos y nos impulsa a ser mejores cada día.
Ejemplos tenemos en todos los países donde operamos y en los más variados tipos de posiciones dentro de nuestra empresa. El liderazgo del eje de diversidad sexual dentro del Comité de Diversidad e Inclusión, que me honra dirigir, está a cargo de personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+, quienes, desde su propio camino y testimonio público, han sido capaces de convertirse en referentes para sus compañeros y retratar de manera generosa y valiente el cómo pudieron vivir de manera plena su identidad completa.
Entendemos el concepto de diversidad e inclusión no como una tendencia o una moda pasajera, sino como un valor central; una convicción que hace que nuestra organización no solo funcione, sino que florezca. Una especie de brújula interna que nos indica qué es importante, deseable, o correcto en nuestras vidas.
Cada vez que uno de nuestros colaboradores decide mostrarse tal cual es, sin editarse, sin pedir permiso, no solo adopta una posición personal, sino que hace una declaración de libertad. Porque cuando alguien se anima a mostrarse tal cual es, no solo se libera, inspira a otros para hacer lo mismo.
Esto es lo que en realidad simboliza para nosotros el Mes del Orgullo. No una bandera, no una tendencia, sino el reconocimiento del derecho de las personas a vivir y a trabajar con dignidad y la celebración del orgullo que sentimos de ser una empresa donde nuestra gente que jamás se verá forzada a decidir qué parte de su yo tiene que dejar afuera para pertenecer.
Este no es un asunto de sexualidad, es uno de libertad. Y en tiempos donde todo se polariza, donde opinar es más fácil que escuchar, el mayor acto de coraje puede ser uno muy silencioso: ser uno mismo, aunque no encaje en lo esperado.
Marlene Fernández del Granado es vicepresidente Corporativa de Relaciones Gubernamentales y Líder del Comité de Diversidad e Inclusión de Arcos Dorados, compañía que opera McDonald’s en 20 países de América Latina y el Caribe
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