¿Qué pasó con Pudreval?, por Simón Boccanegra
¿Se acuerdan ustedes del caso Pudreval? ¿Aquel de las toneladas de comida importada por Pdval, filial de Pdvsa encargada de marchandear alimentos importados, y que se pudrieron en los galpones de Puerto Cabello porque nadie los fue a recoger? ¿Recuerdan ustedes que las «averiguaciones» sacaron a flote un caso escandaloso de corrupción con las importaciones de alimentos por parte de Pdval, que de allí en adelante pasó a ser conocida como Pudreval? Recordarán ustedes que como consecuencia del escándalo fueron detenidos y llevados a juicio dos importantes gerentes de la «nueva» Pdvsa. Esos dos pasaron a ser los chinitos de Recadi de la era chavista. Un guiso múltiple que, obviamente, tenía que involucrar a mucha gente para poder ser realizado se saldaba con esas dos detenciones. Pero hasta esas detenciones fueron ficticias. De los dos detenidos, uno de ellos, Luis Pulido, está en libertad desde hace rato y el capo de la mafia petrolera lo puso lejos de Caracas, allá donde no se vea mucho, en Morichal, en el estado Monagas, pero como compensación lo nombró Superintendente de Producción de Pdvsa. De la otra detenida no se sabe nada pero se puede apostar que también esta libre y con buena chamba. Como lo dice el sonsonete chavista: «Así, así, así es que se gobierna».
Con lo de la corrupción Chacumbele ha cometido una de sus más atroces estafas a la fe pública. Ganó las elecciones del 98 prometiendo que freiría las cabezas de los corruptos en aceite y que con su gobierno se acababa esa plaga. Pues bien, el resultado ha sido al revés. Aquí siempre ha habido corrupción pero como en este tiempo de ratas, ¡jamás!