¿Quién es el responsable de la derrota demócrata en Estados Unidos?, por Ángel Monagas
Las leyes del ejercicio de la política son inexorables. Ocurren en los Estados Unidos, como en Venezuela o cualquier otro país. Son reglas a los que se someten los actores políticos y actúan como un espacio cercado, extenso o corto, según las palabras que se usen.
Interesante lo que ocurre en este país, potencia mundial, ante un resultado previsto aunque no en la cuantía que se produjo y además signado por las señales y efectos de sus líderes.
Definitivamente en esta circunstancia, Kamala no era la mujer para representarlo, sino que contrario a lo que muchos creíamos, debió Biden terminar una batalla de la cual se sabían anticipadamente los resultados.
Muy grave además porque el presidente Biden, quizá el último presidente demócrata que veremos en mucho tiempo, deja a la nación sin legado, con un cadáver en medio de la sala y para recuperarse deberá retroceder ideológicamente y someterse al cambio que reclaman las nuevas mayorías.
Aún así, si el presidente electo Donald Trump mejora la economía, el partido demócrata tendrá que estar dispuesto a sacrificar a alguien que asuma públicamente el costo de la derrota como una estrategia para resetear el «cerebro» de sus miembros, seguidores y afines.
Los públicos políticos como el circo romano, sencillamente piden sangre para saciar su rabia, sus inconformidades, ese sentimiento ahogado de la derrota y encontrar un culpable.
Alguien a quien culpar, para poder seguir adelante y reconstruir lo que haya de servir para iniciar una nueva batalla.
¿Será Pelosi el «chivo expiatorio»?
Al revisar las noticias el pasado martes, observé que en el programa «Jesse Watters Primetime» de FNC, el ex presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (republicano de California) opinó sobre el aparente colapso del Partido Demócrata tras las elecciones del 5 de noviembre.
Le dijo al presentador Jesse Watters que la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (D-CA) era la culpable de la destrucción del Partido Demócrata.
Transcripción parcial del inglés, como sigue:
WATTERS: El ex presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy está aquí. ¿Y qué tal esa estrategia? ¿Va a venir alguien ahora por Barack Hussein Obama?
MCCARTHY: Es la única forma en que los demócratas pueden salvarse. Pero te diré esto, esta es mi predicción, Jesse, que dentro de un año, se sabrá que algunos electores de Biden, realmente votaron por Trump. Tú sabes que lo hicieron, y si…
Los demócratas están tan endeudados que el primer lugar al que deberían recurrir es a todas las estrellas de cine a las que pagaron, especialmente a Sharpton y a los demás para obtener el respaldo para el demócrata que Obama les dijo que tuvieran, devolver ese dinero al partido, ayudar al partido a pagar su deuda.
WATTERS: Me refiero a Oprah, llamaron a su puerta. Al…
MCCARTHY: Sí, un millón de dólares.
WATTERS: — ¿Beyoncé estuvo involucrada? Quiero decir, creo que Springsteen…
MCCARTHY: Ella ni siquiera cantó por dinero.
WATTERS: — estuvo involucrado, trajo equipo, estuvo involucrado, y él es multimillonario.
MCCARTHY: Sí, pero ahora Jay-Z podría necesitarlo para un abogado. No lo sé.
WATTERS: Ah, eres un tipo malo. Así que… presunto.
Cuéntame sobre ese otro concepto que tienen: están en una burbuja. Están tratando de entender cómo entraron en la burbuja y cómo salir de ella. ¿Parece que están progresando?
MCCARTHY: No, y no van a hacer ningún progreso durante un tiempo. Estarán en el desierto, pero alguien tendrá que surgir y tendrán que luchar para abrirse paso. Pero no es que vaya a suceder así como así, porque recuerden que estos progresistas, estos socialistas, estas Ivy Leagues, controlan este partido.
¿Recuerdan lo que hicieron? No sólo controlan el partido, sino que cambiaron el sistema. Ya no van a Iowa para empezar. Van a Carolina del Sur.
WATTERS: Así es.
MCCARTHY: No te permiten desafiar a nadie. Literalmente empujaron a RFK (Robert Kennedy) y a Tulsi a convertirse en republicanos. Hicieron que su propio problema fuera aún mayor. Nos ayudaron a elegir a Donald Trump al presentar esas demandas frívolas en su contra. Lo encumbraron, unieron a la gente y a la oposición en su contra.
WATTERS: Me olvidé de cómo manipularon las primarias contra Bernie. ¿Recuerdas cómo lo hicieron con él? Y luego intentaron engañar a Joe sacando a Iowa de allí.
MCCARTHY: Sí.
WATTERS: Y luego también arruinaron New Hampshire.
MCCARTHY: Sí.
WATTERS: No te olvides de New Hampshire.
Así que tienen un historial desagradable de simplemente romper las reglas.
MCCARTHY: Sí, y si eso…
MACDONALD: Y luego empujan a su gente a la cima, joden a los votantes, joden a la gente.
MCCARTHY: No, los votantes no pueden elegir quién será el candidato. Son Pelosi y Obama. ¿Y por qué Pelosi sigue en el poder? Es increíble.
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Ahora, nos es útil, pero ha hecho mucho daño, y ella se sienta y quiere regodearse de lo fuerte que era, pero destruyó la fiesta.
En artículos anteriores he señalado la tensa relación de Donald Trump con el partido republicano. Incluso vale señalar que recientemente el empresario Elom Musk, lanzó una dura advertencia al partido del elefante, advirtiéndoles que no se «metan» en el camino de Trump ni en el suyo.
Eso fue muy grave pero la tensión a lo interno del partido demócrata debe ser tan difícil, que no tienen tiempo de ocuparse de esto como problema.
Las manifestaciones del «autoritarismo» dominan la presencia mundial.
Eso es muy peligroso en un mundo que requiere contrapesos para sostener el equilibrio.
Sería muy grave para la democracia en los Estados Unidos y quizá es prematuro y hasta fuera de lugar mencionarlo, que el partido demócrata desaparezca como fuerza en los próximos cuatro años.
La derrota de Harris reflejó una polarización política evidente, con Pensilvania desempeñando un papel crucial en la victoria de Trump. Este estado, conocido por su relevancia electoral, fue un foco importante de las campañas de ambos candidatos.
Este cambio político indica posibles impactos en la dirección de políticas nacionales e internacionales, dado el contraste entre las agendas de Harris y Trump. La ceremonia de toma de posesión de Trump está programada para el 20 de enero de 2025.
¿Irán los líderes demócratas?.
Las consecuencias buenas y malas las vivirá toda Latinoamérica y el resto del mundo, en uno o mayor grado.
Es pedagógico encontrar un culpable y corregirlo.
Buen ejemplo para la oposición venezolana durante estos 25 años de fracasos.
Se me acabó el papel…