Receta para Brownies, por Aglaya Kinzbruner
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La primera receta para brownies fue publicada en el 1896, sin embargo quiso la leyenda que ellos nacieran de un chef distraído que olvidó poner levadura en polvo a la masa que estaba trabajando para hacer una torta de chocolate. El delicioso resultado tuvo un éxito inmediato, un compuesto dulce achocolatado que se derretía en la boca. Empiece mezclando en la batidora a full velocidad cuatro huevos con dos tazas de azúcar.
Mientras prepare los brownies pregúntese por qué, siendo el chocolate tan delicioso y ya que el cacao se cultiva en las costas de Sucre, Aragua y Barlovento, además de los cultivos en el estado Mérida y Zulia, no se produzca en mayor cantidad. Los chocolateros son personas de visión, dedicación y mucha creatividad. Sin embargo, parece que tienen ciertos problemas con la burocracia relativa a la exportación.
No es que nos creamos infalibles como el Papa Pio IX que decretó el dogma de la Infalibilidad del Papa, y el pobre murió solo y aislado en el Vaticano con delirios de persecución, pero el asunto no cuadra del todo. En cuanto a la infalibilidad fue derogada de hecho aunque no oficialmente. Eso no impide que los Papas sigan siendo a veces indiscretos. Eso de la “mariconería” (traducción libre de la prensa de un vocablo del dialecto romano muy despectivo) en los seminarios se lo van a echar en cara a Francisco por mucho tiempo, aunque en su descargo, diremos que fue ante un grupo privado y sin micrófono a la mano.
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Por otro lado, llama la atención que Francisco recibiera siempre a Cristina Kirchner haciéndole fiestas cada vez que iba, siendo ella la mayor indiciada en el caso del fiscal Alberto Nisman, asesinado el 18 de enero de 2015, especialmente cuando ella lo visitó unos meses después, el 7 de junio de 2015 por ¡cuarta vez! ¿Y quién corrió con el chisme de los seminaristas donde Il Corriere della Sera, uno de los mejores periódicos de la península? Y que no nos repitan lo mismo que le dijo Henri Bergson, el gran filósofo francés, a una señora que le habló, encandilada por su elocuencia: “Usted me dio mucho que pensar”. Y él respondió escueto: “¡No sabe cuánto lo siento!
A la mezcla añada 3/4 de taza de cacao en polvo y 150 gr. de mantequilla derretida. Revuelva bien. Finalmente adicione 1 taza y 3/4 de harina con 1 cucharadita de polvo de hornear.
Pues si siendo el chocolate fuente increíble de elementos valiosísimos para la salud, como por ejemplo la teobromina que como vasodilatadora favorece la circulación sanguínea del cerebro ayudando a prevenir los distintos tipos de demencia, tiene selenio que favorece la memoria en general y la cognición en particular, aumenta la producción de serotonina que pone a la gente de buen humor, contiene fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, zinc, cobre, manganeso, vitaminas A, B1, B2, B3, C, E, ácido pantoténico, tiamina, riboflavina y antioxidantes naturales, ¿por qué no se receta como medicina? Quien tenga el azúcar alta puede comer chocolate bitter endulzado artificialmente.
Entonces ¿por qué no se toman más en serio los pequeños productores? ¿O será que realmente hay que aprender a preguntar? Por ejemplo, si alguien pregunta: ¿Quién inventó los botones? Obviamente esa pregunta está muy mal enfocada. Los botones han existido siempre aunque fuesen más bien de adorno. La pregunta correcta sería: ¿Quién inventó el ojal? El ojal fue inventado en el siglo XIII por autor desconocido.
Desconocido o no, cambió para siempre la forma de vestir de las personas que pasaron de ponerse togas sueltas a usar ropas ajustadas y verse mucho más elegantes y chic. Los ojales de las camisas masculinas van a la derecha y los botones a la izquierda. Con respecto a las mujeres es al revés. El día que monjas y curas se den cuenta que se visten como en la Edad Media y recapaciten, eso coincidirá quizás con que ya ningún Papa diga más “mariqueras”. Como decía nuestro siempre muy admirado Oscar Yánez, “Así son las cosas”.
Añada a la masa de los brownies nueces en pedacitos o incluso maní tostado y póngalos en una bandeja de ir al horno enmantequillada y enharinada. Prenda el horno a 180º C.
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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